Crítica de John Wick 4 por BlackSwan

John Wick 4 es exactamente lo que uno espera de la saga: acción sin descanso, coreografías de pelea increíbles y una estética visual impresionante. Pero también es exactamente lo que uno espera de la saga: una historia que apenas importa, personajes planos y una sensación constante de que todo está diseñado para justificar la siguiente escena de acción.

Lo mejor de la película es, sin duda, su apartado técnico. La cinematografía es espectacular, con una paleta de colores vibrante y un diseño de producción que hace que cada escena luzca como una pintura neón. Las coreografías de combate son una obra de arte en sí mismas, más elaboradas que nunca, y el uso del espacio en las peleas es brillante. Si uno busca una película que sea puro espectáculo visual y adrenalina, John Wick 4 cumple con creces.

El problema es cuando intentas encontrar algo más allá de eso. La historia es funcional, pero no aporta nada realmente interesante. Los personajes son más bien arquetipos y siguen atrapados en la misma dinámica de siempre. No hay una evolución real, solo una excusa para seguir estirando la franquicia. Y aunque la película sabe que no necesita ser realista para entretener, hay momentos donde la desconexión con la lógica es tan grande que rompe la inmersión. Cuando todo está tan exagerado, es difícil tomarse en serio cualquier cosa que esté pasando.

Es una película que se disfruta si aceptas sus reglas: pura acción estilizada sin preocuparte por lo demás. Pero si esperabas algo más que tiros, luces de neón y secuencias de peleas interminables, quizá te deje un poco frío.