Crítica de Guinea Pig 2: Flowers of flesh and blood por MrPenguin
Redactada: 2019-12-14
Este mediometraje de tortura gore y la saga a la que pertenece saltaron a la fama a principios de los 90 cuando Charlie Sheen vio unos minutos en una fiesta (imagino que no una de globos y gorritos precisamente), creyó que era una snuff movie real y llamó a la policía. El mismísimo FBI se puso en contacto con los responsables de la película y les exigió demostrar que todo era ficción.
Esta anécdota es de hecho lo más interesante que se puede decir de Guinea Pig a día de hoy. La trama es casi inexistente, las actuaciones malas, la banda sonora se reduce a algún que otro sonido ambiente y el resto del apartado técnico es flojillo. Los efectos especiales son lo único que ha sobrevivido bastante bien el paso de los años y todavía hay varias escenas muy desagradables, aunque a la vez se notan los trucos utilizados. Me pregunto cómo de borracho/colocado estaría Charlie Sheen para pensar que esto era real. En fin, eran otros tiempos, ahora ya sólo tiene interés por esa leyenda que la catapultó a la fama y para los aficionados al gore.
Esta anécdota es de hecho lo más interesante que se puede decir de Guinea Pig a día de hoy. La trama es casi inexistente, las actuaciones malas, la banda sonora se reduce a algún que otro sonido ambiente y el resto del apartado técnico es flojillo. Los efectos especiales son lo único que ha sobrevivido bastante bien el paso de los años y todavía hay varias escenas muy desagradables, aunque a la vez se notan los trucos utilizados. Me pregunto cómo de borracho/colocado estaría Charlie Sheen para pensar que esto era real. En fin, eran otros tiempos, ahora ya sólo tiene interés por esa leyenda que la catapultó a la fama y para los aficionados al gore.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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