Redactada: 2018-04-11
Lynne Ramsay nos fascinó hace unos años con su "Tenemos que hablar de Kevin" donde la presencia se hacía manifiesta en los pequeños gestos. Con este "You Were Never Really Here" vuelve a consguir reflejar la violencia extrema sin recurrir a lugares comunes.
Para ello se sirve de una historia que hemos visto otras muchas veces (por momentos sería la versión sin glamour de "Harper, investigador privado") en la que un detective privado tiene que buscar a una chica desaparecida, de la que se sabe que está siendo víctima de una trama sexual. A partir de ahí nada más es usual, y sobre todo la gran diferencia la encontramos en el lugar done Ramsay localiza su ojo. Ya hemos visto el rostro de la persona recibiendo un tiro, el fogonazo, la bala incrustándose en la carne, el miedo, el dolor... poco más nos quedaba por ver al respecto. Sin embargo, la directora consigue fijar su mirada en objetivos secundarios que, sin embargo, nos aportan mucha información sobre lo que está sucediendo, cambiando nuestra percepción de la historia.
En los tiempos que corren, en los que en la mayoría de las ocasiones tenemos la impresión de que ya lo hemos visto todo, resulta gratificante que de pronto llegue alguien para demostrarnos lo contrario.
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