Redactada: 2019-07-31
Paul Greengrass es el director de la segunda entrega de la saga Bourne y con él, la saga da un salto de calidad. Para empezar hace dos cosas* clave para mí ya que fueron mi principal queja en la primera.

'El mito de Bourne' nos presenta una trama mejor construida que no termina de sorprender o funcionar más allá de lo mínimo porque se divida entre la conexión con su anterior entrega y la nueva historia que presenta lo que le impide centrase en una de estas ramas y como dice el dicho: "el que mucho abarca, poco aprieta". Aún así, el guión, los secundarios y el fondo están mejor tratados y definidos que en la obra de Doug Liman.

La acción está bien, las dos escenas más destacables son esas dos -ya famosas- escenas de huida a vehículo que si bien es cierto que tienen fuerza y transmiten tensión, en la última la cámara se mueve demasiado y hay un uso excesivo del montaje. Consigue un buen resultado pero también me molesta tanto tembleque de la cámara y tantos planos distintos, sucesivos y fugaces en un momento.
Matt Damon vuelve a estar bien, se le da algo más de profundidad, y por fin esa escena final consigue emocionarme y hacerme empatizar con el personaje de Jason Bourne.

Un paso adelante con Paul Greengrass.

Las dos cosas clave son: por un lado, quitar de medio a Franka que tenía cero química con Matt Damon y su relación no funcionaba ni transmitía nada. Por otro lado, dar una explicación -aún ligera- de qué es el programa Treadstone.
Guion
Banda sonora
Interpretación
Efectos
Ritmo
Entretenimiento
Complejidad
Sentimiento
Duracion
Credibilidad
Fotografía
Dirección

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