Crítica de Chip y Chop: Los guardianes rescatadores por MrPenguin

Treinta años después de que finalizase su serie de televisión, Chip y Chop vuelven a las andadas y lo hacen con 'Chip y Chop: Los guardianes rescatadores', una divertida bomba de nostalgia cargada de ingenio, guiños al mundo de la animación y, sobre todo, una pizca de mala leche hacia la industria de Hollywood. Y es que la película, lejos de buscar un simple reinicio para la franquicia, nos presenta a unos Chip y Chop que no se hablan desde que su show fuese cancelado a principios de los 90 y que, por accidente, acabarán inmersos en un misterioso caso donde otros personajes de animación, todos ellos también bastante olvidados por el gran público, son secuestrados con oscuras intenciones. Una nueva aventura detectivesca para nuestras intrépidas ardillas donde no faltarán los cameos, el humor meta o los chistes malos, pero tampoco la crítica hacia la realidad de los juguetes rotos del mundo del espectáculo, el amargor del fracaso o la evidente crisis de creatividad detrás de tanto reboot, remake y secuela.

Por supuesto, y tratándose de un producto de la factoría Disney, no podemos esperar un enfoque demasiado incisivo al respecto ni tampoco un guion que nos vuele la cabeza por su profundidad, pero lo cierto es que el conjunto funciona bastante bien tanto como cine palomitero que como sátira del medio artístico. Un buen equilibrio que sorprende más teniendo en cuenta el interminable desfile de referencias que componen la cinta, los continuos detalles ocultos en forma de easter eggs y, muy especialmente, su vistosa fusión de imagen real con distintas técnicas de animación entre las que podremos encontrar 2D tradicional, CGI, stop-motion e incluso marionetas. Explosivo cóctel de ingredientes para una película que, aun pudiendo haber dado mucho más de sí, consigue dejarnos una aventura realmente original que golpeará en la nostalgia de todos aquellos que, como yo, crecieron viendo a este par de ardillas salvando al mundo cada semana.