En Celebrity Woody Allen se ríe de todo lo que le rodea. Plantea un retrato meticuloso, o tal vez no, de todo lo que le rodea y lo pone patas arriba. Elige como alter ego a Kenneth Branagh, menos alter ego que en otras ocasiones, un tipo que intenta entrar en ese indefinible mundillo de la celebridad y se topa por todos lados con excéntricos personajes. La película, de claro tono coral, es como una visita a un zoológico presentándonos una fauna divertida a veces y patética en otras ocasiones. La paradoja es que los dos personajes centrales, Branagh y su esposa, se ven inmersos en ese mundo de maneras contrarias; él que quiere entrar en ese mundo a toda costa, ve fracasar uno tras otros sus intentos. Ella, que ni quiere, ni parece tener cualidades para ello, es la que triunfa en ese, a veces, aleatorio mundo de la fama.
Allen elige el formato del blanco y negro, sobre lo que también hace una broma, para fotografiar esta película, sazonándola con una larga lista de famosos que intervienen aunque sea de forma esporádica. Especialmente divertida resulta la escena de Branagh con Charlize Theron, en un intento baldío por llevarse a la cama a una mujer de ensueño.
La película resulta muy interesante, pero algo discontinua y dispersa, recordándome en ocasiones a esa otra gran pasarela que resultó el "Pret a porter" de Robert Alman, padeciendo los mismos defectos, pese a tener en esta ocasión una trama central de engarce.
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