Redactada: 2023-03-10
Desde los primeros minutos, James Cameron ofrece un espectáculo visual grandioso, permanente en su inventiva para destacar su imaginación sin límites, alcanzando una forma de perfección estética. La combinación de un 3D tan subyugante como inmersivo, de esa mayor tasa de imágenes por segundo que conduce a una fluidez de movimientos sin igual, sobre todo en las fases de acción (esto requiere un poco de tiempo para que el ojo se adapte, admitámoslo), de todos los medios tecnológicos de los que Cameron dispone hoy en día para perfeccionar de forma alucinante su universo de 2009, o incluso de su talento como director que nunca rehúye lo imposible, lleva a "Avatar: El sentido del agua" a cotas sin precedentes, catapultando a la competencia actual de los llamados colosos de Hollywood a la categoría de ¡insectos inofensivos! Si bien el reencuentro en los entornos conocidos de Pandora habría bastado por sí solo para dejarnos boquiabiertos, el descubrimiento de su lado acuático simplemente nos hace dejar caer la mandíbula por su riqueza o pureza aún más sublime en la imagen de la simbiosis entre su fauna y sus Na'vis locales. La fascinación por Pandora, las criaturas que allí se mueven y sus enemigos consigue mantenerse constante durante 3 horas y 12 minutos, adentrándonos en una extraordinaria experiencia cinematográfica que James Cameron parece ser el único capaz de ofrecer en estos momentos.

Más allá de este choque visual absolutamente demencial que arrasa con casi todo a su paso, también quedaba por ver si "Avatar: El sentido del agua" encontraría el material necesario para acompañar la historia. Desde este punto de vista, está en la línea de su predecesora, su desarrollo sigue una forma bastante similar (la introducción sobre los orígenes de este universo se convierte aquí en el resumen de la última década, el descubrimiento de la tribu Na'vi original es similar al de sus primos acuáticos) y forma parte de un patrón cíclico que conducen a repeticiones, pero que, en este caso, está ahora un poco más matizada por la dinámica familiar y las motivaciones de los líderes de cada bando. Por supuesto, la noción de familia así resaltada por la película no es uno de los aspectos más originales de este segundo "Avatar", pero es sin duda lo que le permite diferenciarse de su modelo y dotarlo de un impacto emocional más intenso a través de sus personajes, ya sea a través de los más veteranos (la futura evolución del enemigo principal promete) o de la nueva generación. Por otra parte, en lo que respecta a los pequeños Na'vis, si al principio tememos un poco a los molestos personajes adolescentes (los dos hermanos en particular) que podrían lastrar la película, su tratamiento bien pensado a lo largo del tiempo permite a cada uno de ellos establecer una verdadera personalidad a la vez que les permite expresar nuevos temas propios de sus accidentadas vidas dentro del mensaje ecologista siempre tan inseparable del espíritu de "Avatar". En este sentido, no podemos, sino celebrar a Kiri, el más formidable y entrañable de estos niños, del que emanan algunos de los pasajes más poéticos de la película.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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