Redactada: 2024-03-07
Película italiana llevada a la gran pantalla por el director Joe D’Amato. Este film se estrena el mismo año que una película con la que “apenas” comparte similitudes, como es el film de John Millius: Conan El Bárbaro.

Siempre ha sido muy típico el ver como pequeñas productoras independientes aprovechan el tirón de producciones de más envergadura para sacar a la luz abortos cinematográficos e intentar subirse al carro de la publicidad gratuita. Y, en este caso, hablamos de un país que ha sido muy proclive durante una gran parte de su historia audiovisual a crear semejantes versiones de indudable calidad.

Lo primero que nos llama la atención es el título que aparece en los créditos iniciales, pues la película se llama “The Fighting Eagle”, y eso se parece a “Ator El Poderoso” lo mismo que un huevo a una castaña. Es muy frecuente que las películas reciban otros títulos en lugares de distribución distintos al país de origen, sobre todo cuando hay doblajes de por medio, así que lo tomaremos como una anécdota (por no decir que no hay águilas ni referencias a este animal en la película y no empezar a machacar el teclado tan pronto, vaya).
¿Qué nos cuenta esta película? Básicamente estamos en un mundo, donde, un malvado tirano tiene acojonado a medio territorio, y claro, como es el amo y señor de la zona, no hay nadie lo suficientemente vasco como para intentar cargárselo. Pero todo en esta vida tiene un punto débil, y claro, existe una profecía que habla de un niño que nacerá con la señal de Thor, y él será la clave para destruir el mal y reestablecer el orden normal de la tierra.
Es así como nace Ator con la señal de Thor, se llegan a comer más la cabeza con los nombres y les explota el cerebro a todos los guionistas. El malo, como es muy malo, acaba enterándose del nacimiento de una pequeña criaturilla con esa dichosa señal en su cuerpo y manda buscarlo para aniquilarlo (no se, me recuerda a un cierto Herodes y a un tal Jesucristo).

Al niño, para ocultarle la señal, le aplican un ungüento que, milagrosamente, hace que el símbolo desaparezca (si os arrepentís de un tatuaje…pillad de esto, mano de santo). No obstante, su padre, como buen padre que es, decide regalar el niño a otra familia para que lo cuide y así el puede dedicarse a disfrutar de los placeres de la vida (que consistirán en ser un voyeur viendo como crece su hijo).

La familia postiza de Ator tiene una pequeña jovencita, dulce y delicada llamada Sunna que protagoniza una de las más épicas escenas de la película junto a su hermanastro
A esta joven, maestra del incesto, la raptan los lugartenientes del malo malvado y el chaval, que nunca ha catado mujer y sabía que tenía a esta a punto de caramelo, decidirá ir en su búsqueda. Ator acaba conociendo a una amazona llamada Ruth, que acaba enamoradita perdida de él (maldito casanova) y decide ayudarle en su misión de encontrar a Sunna.
Después de muchas escenas estúpidas Ator encuentra al señor malo, el sacerdote que tiene a Sunna, un fetichista de las arañas que se acaba transformando en una de ellas (al igual que el antagonista de Conan, que era una serpiente que se rodeaba de sus congéneres). Tras una batalla nada épica con efectos para nada buenos, el sacerdote muere, pero cuando todos creíamos que iba a ser alegría y felicidad… aparece el padre de Ator, que ni es padre ni es ná, es sólo un crápula que quería aprovecharse de la muerte del sacerdote para convertirse él en el malo supremo.

Ante esta novedad, Ator lo flipa como si hubiera visto a Cthulu bailando chirigotas, y decide matarle, por que su mente está colapsada ya de tanto pensar. Tras su muerte la profecía se cumple y todos son felices y disfrutan de sus vidas. Ah no, Ruth muere (ups!).

Atendiendo a más formalidades de la película, vamos a hablar de detalles más técnicos. La película está plagada de planos raros, pero raros de cojones, no los típicos planos aberrantes que puedan causar sensaciones extrañas no, planos en los que la composición visual brilla por su ausencia, donde los elementos dejan un peso visual en la imagen sobrecargada en unos de sus lados, cortando elementos importantes, mostrando otros que no significan nada…hasta mi abuela graba mejores cosas con el móvil (y eso que no tiene).

El sonido de la película, en su conjunto, se asimila bastante a un gato al que le están pillando los huevos con una puerta, los efectos de sonido son repetitivos, no aportan nada y en muchas ocasiones molestan más de lo que ayudan.
La iluminación es pésima, los planos nocturnos son casi imposibles de ver, menos mal que en el lugar de rodaje, a la luz del día, se ve bien, porque si no tendríamos una pelíula con un metraje totalmente a oscuras. Los planos a contraluz de esta película son de las cosas más maravillosas que he visto en toda mi vida.

Y diréis “joder tio, estás poniendo a caldo esta película, yo no la veo”, y haréis mal! Esta película es barata, ha sido rodada de forma precipitada y tiene más fallos que una escopeta de feria. Pero si la ves totalmente ebrio y rodeado de colegas puede que descubras momentos fascinantes entre alguna de sus escenas, y en el caso de que lo hagas, por favor hazme saber tu opinión.

Besis
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Dirección
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