Crítica de Amor de calendario por Obscuritas

Hay películas, como esta, que tendrían que venir con advertencias al comienzo. No deberían verse un domingo, estando medio enferma, ni si tienes el día medio tonto. Ni tampoco si tienes 30, es Nochevieja y estás soltera, porque corres peligro de que te entre una depresión.

Como dicen en la propia película en un momento de semiparodia, o metacine, ya desde que ves el cartel sabes lo que va a ocurrir, pero es que eso pasa con todas las películas de estas características, son predecibles y no pretenden ser otra cosa, sabes cómo va a terminar. Lo que cambia es el proceso.

Sloane y Jackson son dos personas en sus treintas y están cansados de que todo el mundo pretenda que tengan una pareja y sean la mar de felices, sobre todo durante las fiestas, porque "así debe ser" o, ya sabes, te quedas para vestir santos y eso está muy feo. Por eso, siendo unos completos desconocidos, hacen un pacto para ser la cita del otro en cada festivo. Y ahí es cuando te das cuenta de la cantidad de festivos que tiene esta gente, es un no parar. Y mediante ese pacto pues pasa lo que todo el mundo sabe que va a pasar. Es decir, la Navidad es lo menos importante, es cuando empieza la película, pero después pasamos por muchos días más que nada tienen que ver.

Como digo, y como se nota, no es lo más original del mundo, pero es fresca, tiene momentos divertidos y, lo más importante de todo, los protagonistas tienen una química increíble desde el minuto uno, desde su primer encuentro. Que sí, que son guapos y estupendos a rabiar los dos, asquerosamente además, pero no todas las parejas tienen el mismo feeling en pantalla, y se agradece que Emma Roberts y Luke Bracey sí, es lo más importante en una comedia romántica.

Aunque me ha dejado totalmente deprimida, también me ha dejado blandita y muy ñoña, aunque eso depende del momento en el que la veas, como ocurre con cualquier otra película, y puede que por eso me haya gustado más de lo que esperaba.