Críticas de It's Such a Beautiful Day

It's Such a Beautiful Day or something like this.

Finalmente en este tercer corto, se nos presenta la conclusión de todo lo que le ocurre a Bill, en el corto lo deja muy claro "Bill tiene dificultades para diferenciar entre el pretérito y el presente, a la vez que le resulta difícil saber cuando un recuerdo es real y cuando imaginario, por ello su cerebro para solucionar esto rellena los huecos con historias inventadas para darle una razón a todo " todo ello hace que se encuentre en un mundo muy caótico en el que la diferencia entre unas cosas y otras no existe.

Con la evolución que tiene la historia, al final la historia de Bill te acaba llamando la atención, la concepción que tiene de si mismo y del mundo que le rodea. Otra de las cosas que me llamaron la atención al final, es que El Narrador, rompiendo el carácter ya que Bill le ha causado tal sorpresa, se da cuenta de que Bill puede morir allí y se niega obstinadamente a creer que lo hará . Esto se puede tomar de mil maneras, por una parte la conciencia de Bill se da cuenta de que este anda muy perdido y ya se adentra en un lugar del cual nunca saldrá y todo lo olvidara o incluso Bill es capaz de vivir sin que haya alguien detrás guiándole o en su caso la muerte de este, pero eso ya es libre interpretación el final.

El epílogo final final de Bill, he de reconocer que cada corto es más profundo y complejo, pero a la vez más claro y directo en sus intenciones. Una vez que te adentras en la vida Bill, te atrapa y continúas su camino.

Una experiencia interesante, pero que no recomendaría a todo el mundo. Los cortos te invitan constantemente a reflexionar sobre tu propio yo, y no todos estamos preparados para según qué cosas encontremos.

Genial cierre para esta trilogía de cortos sobre una persona con neurodivergencia, en la que hemos visto cómo se tocan diversos temas poco explicados y ocultos bajo tabúes sociales. Esta última parte me ha parecido todavía más cruda y real, se mezclan la confusión y la paz de una manera preciosa a través de la combinación de imágenes reales y el dibujo (y una banda sonora que acompaña de forma acertada). El final, que le otorga una vida eterna imaginaria y feliz a nuestro protagonista, me ha parecido lo más triste y bonito de la trilogía.

Genial final de la historia de Bill.

El capítulo 1 sigue siendo mi favorito, supongo que por ser el que más me impactó y por ser el más difuso. Pero la trilogía entera es genial, como trata la enfermedad mental de Bill mediante esa combinación de dibujo super sencillo, viñetas, colores, ruidos e imágenes reales.

"Isn't everything amazing?"

Bueno, la ultima parte de la triologia, de todas me parecio la mejor y la mas profundas te ayuda a entender muchas cosas que pasaron en las otras dos, sobre su pasado y el porque la sencillez de la animacion que es la forma en que tiene Bill de ver la vida.
Mas alla de que la pelicula trate sobre bill creo que intenta conectar con el publico en todo momento, desde la escena principal o la escena en el cajero hasta el hecho de estar preocupados rememorando el pasado o estar preocupados por cosas que irremediablemente van a suceder y que por causa de esto nos olvidamos de vivir, nos vemos incapaces incluso de apreciar hasta los detalles mas simples de la vida.

El animador Don Hertzfeldt consigue uno de sus trabajos mejor valorados con la trilogía de cortos 'It's Such a Beautiful Day'.

En este tercer y último corto, 'It's Such a Beautiful Day', Hertzfeldt nos cuenta el final de la historia de Bill, aprovechando para profundizar en las reflexiones sobre la vida y la muerte, la enfermedad, la familia y las relaciones sociales.

Don Hertzfeldt mantiene su estilo de dibujo, a la vez que intercala blanco y negro con color, dibujo con fotografía, narrativa con sonidos externos, haciendo su trabajo fresco, original y único.

Si decides verla, recomiendo ver los tres cortos como si fuese una película, 60 min.

En ésta última entrega de la trilogía vemos como se trata la enfermedad de Bill de una forma más específica, sin metáforas. Te sitúa en un lugar más concreto, menos disperso que en los dos anteriores cortos.

De nuevo el rey de esta obra son los detalles, los pensamientos sobre las pequeñas cosas que ocurren constantemente. Hay un efecto muy bueno que me ha impactado que es cuando se corta una serie de reflexiones y escuchamos a la enfermera hablarle, en ese momento te empiezas a sentir Bill definitivamente.

La dinámica de repetición de los días y el inicio de ese cambio de sentir las pequeñas cosas ha sido muy emotivo. Y la escena en la que sólo quiere conducir, es una metáfora perfecta para cuando tenemos esa sensación de que salirnos de lo que estamos haciendo podría provocarnos un golpe emocional fuerte, así que es mejor seguir adelante y no pensar ni sentir, sólo seguir.

Como no podía ser de otra forma, el final de nuestra vida siempre está asociado al existencialismo, a pensar en lo pequeños que somos en comparación con la inmensidad del Universo.

Irónico que empecemos pensando en las cosas más pequeñas, y acabemos pensando en las más grandes.

Esto es una auténtica fantasía que no puede ser expresada con más palabras que la propia experiencia personal de cada uno. Con esto quiero decir: "¡Corran a verla, insensatos!

¿A caso no es increíble?

It’s Such a Beautiful Day (Es un día tan hermoso), se trata del capítulo final de la trilogía de una serie de cortos escritos, dirigidos y producidos por Don Hertzfeldt.

☼ Bill se despierta en un hospital y su enfermedad mental está muy avanzada . ☼

¡Uf! – Bill llega al punto de no diferenciar la realidad de lo imaginario, pues su cerebro le juega malas pasadas debido a la pérdida de memoria. – ¡Que sobredosis de emociones! – Desde que Bill empieza apreciar los pequeños detalles (Los colores llamativos, el muro de ladrillos o el cielo nocturno), pasando por la conducción frenética para reencontrarse con su padre (Al que perdona a pesar de no recordarlo), hasta ese final tan desgarrador… – Es una historia aciaga, expresiva y sobretodo demoledora, pues no te deja indiferente.

~❣ Absorviendo cuanto puede antes de que todo vuelva a irse por la mañana ❣ ~

No apta para sensibles.

Final de la historia de Bill, en la que vamos a ver una evolución clara, ya no solo por como es la animación en la que va intercalando con más asiduidad imágenes reales, si no también por como va a evolucionar el protagonista.

Vamos a encontrarnos como la historia puede llegar a ser más confusa en la que se une lo real con lo imaginario y ayudándose de un carácter incluso filosófico.

Hay un aumento de esa belleza artística en sintonía con lo que va detallando en la que consigue su culmen en esos minutos finales

Sin duda esta película dividida en tres actos, o tres cortos, va de menos a más. En la primera me ha costado un poco entrar, aunque es cierto que era una cosa muy rara y todo llegaba casi a cuentagotas, la segunda ya va siendo más concreta, más real, y esta última me ha parecido la mejor y una auténtica preciosidad.

Igual que ocurría en la primera, es como si estuviéramos dentro de la cabeza de Bill, y vivimos todo lo que él vive, su pérdida de memoria, los bucles que esta le produce, su mezcla de realidad con imaginación... así que es muy fácil empatizar con el personaje, porque en cierto modo somos él.

El final me ha recordado un poco a Mr. Nobody, y yo lo interpreto como que finalmente se han diluido por completo las cosas que son reales y las que son imaginarias, y que podemos llegar a imaginar que Bill puede ser eterno e inmortal, probablemente para huir de la dura realidad, que es que se estaba muriendo.

Una historia muy bonita.

Y de golpe y porrazo, todo lo que me había hecho gracia en las dos primeras partes, aquí deja de tenerla para pasar a un punto de vista abiertamente más filosófico y profundo. Esta última parte Bill asume las consecuencias de su enfermedad y empieza a ver el mundo en color. Veo muy adecuada esta historia para el momento que estamos viviendo, ya que nos habla de valorar esas pequeñas cosas que vemos todos los días y en las que no nos fijamos realmente porque las damos por sentadas. Hasta que llega el día en que empiezas a apreciar su grandeza.
Un final muy emotivo, con su llamada a la reflexión. La mejor de las tres sin duda. Gracias Billy.

Un corto de animación minimalista realizado por Don Hertzfeldt, siendo este el tercero y gran cierre de una peculiar y, por momentos, surrealista trilogía. Si hemos estado siguiendo “Everything Will Be Ok” y “I Am So Proud Of You” habremos sido testigo de una evolución progresiva, permitiéndonos asistir a un corto donde todo lo ensayado hasta el momento cobra fuerza y consigue un rico efectismo. Así, como en los cortos anteriores contemplaremos una animación de trazos simples, personajes de palo (stick figures), pero ahora dotados de un mayor dinamismo y esfuerzo por representar emociones, pese a carecer de grandes detalles y complejos estudios de volumen y perspectiva. Ahora más que nunca van a cobrar importancia la alternancia de fondos de imagen real, el color, la luz, el acompañamiento sonoro y los efectos de sonido, bien combinado con segmentos más largos y pausados.

Ahora los temas que recupera de los anteriores cortos: el paso del tiempo, el deterioro del cuerpo, las enfermedades mentales o el miedo a la muerte, entre otros, van a cobrar un nuevo significado como base para lanzar un mensaje vitalista y un renovado deseo por vivir. Antes creíamos que la muerte era uno de los principales late motiv de la trilogía, pero resulta que todo esto trata de lo que viene antes: la vida. La voz en off va a cobrar más importancia que nunca al narrar los acontecimientos, que si bien podíamos tachar anteriormente de tediosa rutina, se nos revelan como los pequeños detalles que hacen la vida posible (pese a su aleatoriedad e inconsistencia).

Regresan la reflexión sobre las interacciones humanas (ahora a través de recuerdos difusos), los temas pesimistas (ahora enfocados desde la reivindicación de la vida), los pensamientos existencialistas (ahora más profundos y personales, sobre todo ante la perspectiva de dejar de existir) … pero ante todo vuelve el ritmo frenético y surrealista, que ahora alcanza su verdadero propósito en la trilogía: establecer una barrera nítida entre realidad y ficción. Si en el primer corto veíamos un descenso a la locura o el caos, ahora sabrá hacerlo con mayor efecto y armonía, porque además todo esta encauzado hacia un final que no debería dejar indiferente a nadie.

Toda guerra debe tener un final.
Y en esta se llama rendición.
Que no significa perder, porque te estás peleando contigo mismo.
Se trata de aceptar que ya no serás el mismo.
Que cambiaran muchas cosas.
Pero no por eso se acaba todo aquí.
Un nuevo inicio siempre conlleva novedades.
Y resurgirá la esperanza que con paciencia te permitirá seguir soñando.
Otro final.