
Ágata Lys
Doña Pura
España franquista. Durante la década de los sesenta, una familia de campesinos vive miserablemente en un cortijo extremeño bajo la férula del terrateniente. Su vida es renuncia, sacrificio y y obediencia. Su destino está marcado, a no ser que algún acontecimiento imprevisto les permita romper sus cadenas. Adaptación de la novela homónima de Miguel Delibes.
Gran adaptación de la novela homónima de Miguel Delibes de la mano de Mario Camus, quien no solo logró recoger la desgarradora prosa del afamado literato con enorme fidelidad, sino también dejarnos la que posiblemente sea una de las películas más duras que se han rodado en España. No dura porque contenga dosis de violencia gráfica o porque muestre acontecimientos trágicos, no. Es dura porque muestra la realidad. La realidad de un país anclado en los arcaicos valores del caciquismo franquista; la realidad de una sociedad marcada por la diferencia de clases, la diferencia en el trato, en los derechos e incluso en la dignidad de las personas. Un escenario más propio del medievo que de la época que aquí nos atañe y que pone su foco en Paco (Alfredo Landa) y Régula (Terele Pávez), un matrimonio que vive con sus cuatro hijos en una casa de pueblo al servicio de los señores del cortijo, quienes someterán a la humilde familia a todo tipo de humillaciones y vejaciones.
Un panorama desolador que comenzará a tambalearse con la llegada del hermano de Régula, Azarías —un Paco Rabal sencillamente antológico—, un hombre con discapacidad cognitiva que ha sido despedido de su trabajo en otro cortijo cercano. A través de su mirada inocente y despreocupada, la película irá incidiendo en la amarga dinámica social de la España de los años 60, en los abusos de poder, en la capacidad del ser humano para aguantar los desprecios y en el padecimiento de todos aquellos cuyo único pecado —si es que puede definirse como tal— fue haber nacido en el seno de una familia de clase baja. Sencillo y la vez sobrecogedor retrato sobre la vida rural en la España más negra y, al mismo tiempo, brillante alegato en favor de la igualdad entre semejantes. Maravillosa película que emociona y encoge el corazón a partes iguales. Mal cuerpo te deja el pensar que todo esto pasaba en este país hace no tanto tiempo.
'Los santos inocentes' me ha sorprendido e impactado mucho. Supone una recreación de la España rural franquista tan cruda y sincera que te cala bien hondo, de la España de señoritos y sirvientes, aquella que algunos quieren de vuelta. Qué importante es tener películas como ésta en nuestra cinematografía que inmortalizan una necesaria memoria histórica. No nos queda tan lejos lo que vemos en la película, es la historia de nuestros abuelos y bisabuelos. Profundamente triste, con un final tan duro como todo lo que vemos en ella. Resaltar también las grandes interpretaciones de Alfredo Landa y Francisco Rabal, ambos premiados en Cannes.
Una película indispensable de nuestro cine.
Película muy cruda, costumbrista, natural, de esas que una vez la ves, sabes que vas a querer volverla a ver, porque quieres volver a sentir la extraña sensación que producen sus escenas.
Es una película para sentirse orgulloso del cine español, es éste el cine que debería hacerse incluso hoy, porque saca algo primitivo en tí, más que una película se trata de una experiencia, algo agridulce, por lo desagradable de algunas escenas, pero sin duda es una película en la que entras de lleno, porque no hay forma de verla sin meterse en su mundo.
La definición absoluta de yugo invisible. Un ejemplo de que los señoritos no eran nada sin sus trabajadores.
Mario Camus nos transporta directamente al franquismo mas rural en el que Alfredo Landa está magistral y Paco Rabal muy desagradable, en un papel que me ha sorprendido verle. Juan Diego como siempre soberbio como el villano principal que exprime hasta extenuación a sus trabajadores a los que les debe todo. Y Terele Pávez para mi es que es de las mejores o la mas grande de España directamente, así que no puedo decir mucho mas.
La producción es de esas que permanecen vigentes en el tiempo, con su gran trabajo de maquillaje, peluquería etc. No como muchas obras que se hacen ahora que a los 5 años ya han envejecido por no querer rodar en espacios reales.
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