Con las películas de Netflix nunca se sabe qué esperar. Esta vez tocó una que no está mal, aunque sea un poco genérica. Como otras películas de acción, esta gira en torno a la venganza, en concreto la venganza de una asesina con muchos de los clichés que suelen acompañar a estas historias, pero destaca un poco por encima de la media por algunas escenas de acción bastante chulas, otras no tanto, como la persecución del coche, y por una Mary Elizabeth Winstead muy bien en su papel de "heroína", un personaje que podría ser una mezcla entre Crank: Veneno en la Sangre y John Wick, así que con esas referencias, ya se sabe que se puede esperar uno.

Mary Elizabeth Winstead es lo que se salva de esta película de venganzas muy, pero que muy previsible, con un guión y trama muy tontos pero que va rápido en su primera parte, por mucho que en un momento se me hiciese larga.
Estamos ante un thriller de acción con mucha violencia, algún toque de humor, con montones de tiros, con muchas luces de neón y fluorescentes (para algo estamos en Japón), algunas escenas, ***contenido con spoilers*** , que parece un videoclip y/o videojuego,... para pasar el rato. Y que pronto voy a olvidar haber visto.

Empieza muy prometedora e interesante pero poco a poco se va desinflando. Mary Elizabeth Winstead defiende bien el papel y mola verla en películas de acción pero los giros son bastante previsible para llegar tan tarde. Se que las comparaciones son odiosas pero Gunpowder Milkshake tiene una trama muy similar a esta y consigue ser mucho mejor

Aún viendo venir los giros y clichés desde lejos, he disfrutado mucho de Kate y Mary Elizabeth Winstead en plan diosa vengativa tiene bastante culpa. La dirección tiene estilo propio y sin pretender parecerse o hacerle sombra a nadie, utilizando a su favor la ambientación nocturna de Tokio, con una acción muy bien filmada y sin cortarse un pelo en la violencia y la sangre. Bastante entretenida.