Críticas de Proyecto X
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Tres estudiantes de último curso de instituto, aparentemente anónimos, deciden montar una fiesta salvaje en casa de uno de ellos, promocionándola en las redes sociales como la fiesta más loca de la temporada. Además, los chicos deciden grabarla para luego colgarla en la red. Enseguida se corre la voz y todo se hace un desmadre...
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4 / 10
La narración es muy sencilla: tres amigos deciden organizar la mejor fiesta de sus vidas. La cinta se centra en mostrar los preparativos de dicha fiesta, el inminente caos y las futuras consecuencias que el hecho acarreará en la vida personal de cada uno.
Vemos un perfil adolescente motivado por la música y por la falta del orden; el sexo, el descontrol, las drogas, la fuerte música y el caos que reinan en la fiesta. Un comienzo que tiene raíces en películas como Supersalidos y luego, una vez comenzada la fiesta, un despiporre que quiere parecerse a Resacón en Las Vegas.
El relato está dirigido a un público inmaduro, así que han elegido la típica excusa de grabar un documental para justificar el uso de la cámara en mano, con planos vertiginosos, rápidos y múltiples desencuadres. Poco después de la presentación de los personajes, este recurso es olvidado por completo y, lo que en algunas películas podría funcionar como una herramienta más para jugar con la imagen, aquí dejan de lado la técnica, que pierde importancia y está desaprovechada.
Nos encontramos ante una película superficial, con muchos golpes de efecto: son varias las escenas en las que el sexo, la droga, el alcohol y la locura se apodera de la imagen, creando un caos visual que responde al espíritu enérgico de la película, pero que se esfuma en cuanto aparece alguna situación un poco más tranquila.
Project X es exagerada, caótica, falta de originalidad y con excesos poco creíbles. Hay momentos que me parecía surrealista por la cantidad de burradas que hacen, cada cual más peligrosa que la anterior. Precisamente, en cuanto la muchedumbre toma éxtasis, la película se convierte en una sucesión de escenas sin control ni sentido; una auténtica jungla. ¡No puedo creer que haya tantas horas en una noche para montar la que montan! De hecho, sólo podía imaginar un desenlace trágico para que tuviera fin la fiesta (y el protagonista gordito tenía muchas papeletas para acabar estampado en el suelo).
He echado en falta risas, porque la película carece totalmente de humor. Al cabo de una hora, la cinta se vuelve aburrida, en ciertos puntos soporífera, y sólo quieres que llegue el final de una vez y saber cómo narices van a salir bien parados del cacao que se ha organizado.
Además nadie del reparto destaca, ni siquiera los protagonistas están bien definidos ni caen simpáticos al público; aún así, el trío protagonista nos muestra con bastante realismo cómo afecta la popularidad a la personalidad de un adolescente; al menos en ese aspecto, transmiten cierta naturalidad durante la mayor parte de la función.
Una de las claves para entender el éxito que cosechó Project X es el hecho de que esquiva la mojigatería y muestra abiertamente el abuso, tanto de alcohol, como drogas o sexo (una pierde la cuenta de la cantidad de tetas que aparecen en pantalla). De ahí que sea una absoluta locura, que en algunos momentos roza lo demencial. Puede hacer reír por lo inesperado y absurdo de ciertos acontecimientos, pero precisamente por eso, es imposible que nadie quiera verla una segunda vez.
En definitiva, Project X no funciona como comedia. El resultado final es una chorrada por la que no merece la pena ni para pasar el rato en una tarde de aburrimiento (al menos, ese fue mi caso).
Saludos ;)
Vemos un perfil adolescente motivado por la música y por la falta del orden; el sexo, el descontrol, las drogas, la fuerte música y el caos que reinan en la fiesta. Un comienzo que tiene raíces en películas como Supersalidos y luego, una vez comenzada la fiesta, un despiporre que quiere parecerse a Resacón en Las Vegas.
El relato está dirigido a un público inmaduro, así que han elegido la típica excusa de grabar un documental para justificar el uso de la cámara en mano, con planos vertiginosos, rápidos y múltiples desencuadres. Poco después de la presentación de los personajes, este recurso es olvidado por completo y, lo que en algunas películas podría funcionar como una herramienta más para jugar con la imagen, aquí dejan de lado la técnica, que pierde importancia y está desaprovechada.
Nos encontramos ante una película superficial, con muchos golpes de efecto: son varias las escenas en las que el sexo, la droga, el alcohol y la locura se apodera de la imagen, creando un caos visual que responde al espíritu enérgico de la película, pero que se esfuma en cuanto aparece alguna situación un poco más tranquila.
Project X es exagerada, caótica, falta de originalidad y con excesos poco creíbles. Hay momentos que me parecía surrealista por la cantidad de burradas que hacen, cada cual más peligrosa que la anterior. Precisamente, en cuanto la muchedumbre toma éxtasis, la película se convierte en una sucesión de escenas sin control ni sentido; una auténtica jungla. ¡No puedo creer que haya tantas horas en una noche para montar la que montan! De hecho, sólo podía imaginar un desenlace trágico para que tuviera fin la fiesta (y el protagonista gordito tenía muchas papeletas para acabar estampado en el suelo).
He echado en falta risas, porque la película carece totalmente de humor. Al cabo de una hora, la cinta se vuelve aburrida, en ciertos puntos soporífera, y sólo quieres que llegue el final de una vez y saber cómo narices van a salir bien parados del cacao que se ha organizado.
Además nadie del reparto destaca, ni siquiera los protagonistas están bien definidos ni caen simpáticos al público; aún así, el trío protagonista nos muestra con bastante realismo cómo afecta la popularidad a la personalidad de un adolescente; al menos en ese aspecto, transmiten cierta naturalidad durante la mayor parte de la función.
Una de las claves para entender el éxito que cosechó Project X es el hecho de que esquiva la mojigatería y muestra abiertamente el abuso, tanto de alcohol, como drogas o sexo (una pierde la cuenta de la cantidad de tetas que aparecen en pantalla). De ahí que sea una absoluta locura, que en algunos momentos roza lo demencial. Puede hacer reír por lo inesperado y absurdo de ciertos acontecimientos, pero precisamente por eso, es imposible que nadie quiera verla una segunda vez.
En definitiva, Project X no funciona como comedia. El resultado final es una chorrada por la que no merece la pena ni para pasar el rato en una tarde de aburrimiento (al menos, ese fue mi caso).
Saludos ;)
Valoraciones en tu crítica:
7 / 10
Project X es una película cómica adolescente protagonizada por Oliver Cooper, Thomas Mann y Jonathan Daniel Brown.
Cuatro amigos deciden organizar la fiesta de cumpleaños en la casa de uno de ellos, aprovechando que sus padres se van de fin de semana, pero en ningún momento se imaginaron el tirón que iban a tener y hasta dónde iba a llegar la fiesta.
Y sí, he dicho cuatro amigos, porque la película está en formato falso video casero, prácticamente un mockumentary, en el que desde los ojos del cuarto amigo, veremos hacer a los tres protagonistas, como si el cuarto amigo fuera el espectador.
La película es una clara heredera de American Pie, pero quiere ser más loca y a la vez más realista. Tras muchos años desde que la vi, mi recuerdo no era demasiado bueno, y al entrar en la ficha resulta que le tenía puesto un 8. Al final me quedo con un término medio mucho más cercano a hablar bien de ella que al revés.
Al principio los muchachos no es que caigan demasiado bien, sólo piensan en lo que piensan, pero llegado cierto punto tienen su chispa, el guion y los actores son dinámicos y, cómo no, las locuras de la fiesta han tenido sus risas.
En esencia, la película es una fantasía adolescente, con una fiesta con mucho alcohol, cositas de fumar, chicas destapándose, e incluso un famoso en la casa, y como he dicho, empieza oliendo a repelencia pero acaba teniendo chispa. Además, tenemos traca final con Batery de Metallica.
Cuatro amigos deciden organizar la fiesta de cumpleaños en la casa de uno de ellos, aprovechando que sus padres se van de fin de semana, pero en ningún momento se imaginaron el tirón que iban a tener y hasta dónde iba a llegar la fiesta.
Y sí, he dicho cuatro amigos, porque la película está en formato falso video casero, prácticamente un mockumentary, en el que desde los ojos del cuarto amigo, veremos hacer a los tres protagonistas, como si el cuarto amigo fuera el espectador.
La película es una clara heredera de American Pie, pero quiere ser más loca y a la vez más realista. Tras muchos años desde que la vi, mi recuerdo no era demasiado bueno, y al entrar en la ficha resulta que le tenía puesto un 8. Al final me quedo con un término medio mucho más cercano a hablar bien de ella que al revés.
Al principio los muchachos no es que caigan demasiado bien, sólo piensan en lo que piensan, pero llegado cierto punto tienen su chispa, el guion y los actores son dinámicos y, cómo no, las locuras de la fiesta han tenido sus risas.
En esencia, la película es una fantasía adolescente, con una fiesta con mucho alcohol, cositas de fumar, chicas destapándose, e incluso un famoso en la casa, y como he dicho, empieza oliendo a repelencia pero acaba teniendo chispa. Además, tenemos traca final con Batery de Metallica.
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Mi Opinión / Critica de Proyecto X
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