Me parece tan pero tan absurdo prohibir que se lean libros... Pero es que en general me parece de lo más absurdo lo puritanos que son en Estados Unidos para según qué cosas, porque para otras ya sabemos cómo se las gastan. Lo peor es que a quienes se lo prohíben, a quienes privan de esos libros, es a los niños.

Aquí iremos viendo un breve repaso a algunos de esos libros que están prohibidos o restringidos, algunos de ellos, la mayoría de hecho, por temáticas LGBTQ, pero otros contienen partes de la historia o directamente son pura fantasía. ¿Tampoco pueden leer fantasía o aventuras? ¿Vamos a prohibir a los niños tener imaginación? A ver si también se van a creer elfos cuando crezcan por leer El señor de los anillos, mucho cuidado. E iremos conociendo esas historias a través de unas animaciones muy chulas, además de con frases escritas y leídas.

Lo mejor de todo es que por fin preguntan a los interesados, los propios niños, que una vez más demuestran ser mucho más inteligentes que los adultos, o por lo menos tener dos dedos de frente. No entienden qué tienen de malo esos libros, no entienden cómo les pueden impedir conocer el pasado, o a personajes importantes que hicieron cosas importantes, y tampoco entienden qué tiene de malo que dos chicos estén enamorados. Porque los niños no juzgan, tienen una mirada pura y curiosa, sólo quieren saber, conocer, aprender, empaparse al máximo de todo lo que les rodea. Y sueltan perlas realmente interesantes y directas, como una versión de la frase que dice que aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla, o que nunca podrás entender a alguien que forme parte del colectivo LGBTQ porque te han prohibido conocer cosas, porque a ellos les da igual que alguien de su entorno sea gay, trans, negro, judío o un oso de peluche, todas las chorradas vienen de su entorno, de sus influencias, de quienes les meten odio en la cabeza, sea hacia quien sea.

No, señores, el problema no son los libros, ni tampoco los videojuegos, que aunque aquí no vengan al caso son otro de esos temas recurrentes en cuanto a lo que influyen en los niños. No, el problema somos los humanos, y da igual cuándo leas esto o respecto a qué lo leas. ¿Una película de monstruos? Los humanos. ¿Una película de catástrofes? Los humanos. ¿El mundo se va a la mierda? Los humanos. ¿Nuestros niños aprenden tal o cual cosa? Ojalá leyeran más y aprendieran más de los libros.

Y sólo puedo levantarme y aplaudir a esa mujer que habla en un par de momentos del corto. Si no queremos escuchar a los niños, a lo mejor deberíamos escuchar a alguien que ha visto y vivido muchas cosas y sabe de qué habla.

Un corto muy recomendable, y por desgracia muy inútil, porque sabemos que ciertas cosas no van a cambiar nunca.

Tristemente, ya conocía la política censora de los colegios de Estados Unidos en cuanto a libros se refiere, desde que prohibieron 'Milk and Honey' y 'The sun and her flowers' de Rupi Kaur (una de las diosas a las que le rezo). Pero tras ver este cortometraje, me he quedado aún más perpleja viendo que en la lista de "libros vetados" está el 'Maus' de Spiegelman, la brillante Toni Morrison, 'El cuento de la criada' o incluso el propio 'Hobbit' de Tolkien. Demencial. Aquí escuchamos a varios niños hablar de cómo la lectura les entretiene y reconforta, ávidos de un conocimiento que sus bibliotecas no pueden satisfacer. Es un crimen intolerable contra la libertad humana la prohibición del conocimiento, más aún sabiendo que muchos de estos libros pertenecen a temáticas raciales o al colectivo LGTBIQ+.
Las instituciones se preocupan de que los niños no accedan a libros identitarios, de género o raciales, pero permiten la libre circulación de las armas en un sistema en el que se ha comprobado, que los que más sufren sus consecuencias son precisamente los niños. Más regulación y menos prohibición sería es eslogan de mi campaña, aunque en el país de la hipocresía yo ya estaría en prisión.

Allí donde se prohíben y se censuran los libros, donde se pierde la libertad de expresión más primigenia después de la palabra, allí es donde la civilización se barbariza. Aunque igual eso es lo que realmente quieren los censores de la moral, que estos niños y futuros adultos sean masas informes sin pensamientos, objetividad, ni razón. Y es que sólo basta una cerilla para provocar un incendio que lo calcine todo.

Cuando yo pensaba que lo peor que se podía hacer con un libro era quemarlos?, con la siempre excepción de su ilustrísima don Pepe Carvalho.
Varias dictaduras han encontrado un buen adoctrinamiento en la erradicación de la cultura popular. Y parece ser lo mismo que acontece en algún estado de la eeuyu.
Que de la lista inicial yo tenga cuatro de esos libros en casa me hace pensar que yo no tendria muy bien amueblada la cabeza sin la lectura de tres de ellos.
De vuelta nos salvarán los niños con su siempre oportuna imaginación al poder.
Y una abuelita con ganas de seguir dando guerra.
Una vergüenza nacional.

Tema importante, ejecución regulinchi. Puestos a usar niños para exponer puntos obvios que muchos estadounidenses (y resto del mundo) se empeñan en ignorar, habría sido tal vez más interesante entre niños y adultos.