Andrew Lau y Alan Mak codirigen 'Infernal Affairs' ('Juego Sucio' aquí en España because Spain is different), un thriller policíaco hongkonés cuyo argumento gira en torno a una doble infiltración, relatando por un lado la de un policía que se introduce en una banda de mafiosos y, por el otro, la de un miembro de dicha banda que hace lo mismo en la policía. Puede que esta trama resulte familiar de primeras y no es para menos, ya que la productora de Brad Pitt se fijó en ella y compró los derechos para hacer una versión en Hollywood, dando así lugar a la película dirigida por Martin Scorsese 'The Departed' ('Infiltrados' aquí en España, lo nuestro es un no parar).

Esta versión, más allá de ser la original, cuenta a su favor con el hecho de ser más corta que su remake (95 minutos frente a 150), aspecto que además se beneficia de un trepidante montaje en el que acción y tensión conviven a la perfección a lo largo de todo el juego de gato y ratón que experimentan los protagonistas. Esto añade también cierto componente psicológico a la trama, ya que el pasar tanto tiempo infiltrados hará que los personajes atraviesen una crisis de identidad al tiempo que la delgada línea entre el bien y el mal se vuelve cada vez más difusa. Obviamente, el haber visto antes el remake arruina un poco la experiencia, pero aun así creo que estamos ante un notable film que seguramente se merezca más amor del que ha recibido, no solo por ser igualmente disfrutable pese a saber por dónde van a ir los tiros, sino también por haber sido la fuente de inspiración para el único Óscar que ha recibido hasta la fecha un grande como el señor Scorsese.

Ver 'Infernal Affairs' después de haber visto varias veces 'Infiltradros' de Scorsese le resta efecto sorpresa, pero tiene el mérito de ser la original, más concisa y casi igual de efectiva. Casi igual porque los añadidos de Scorsese tanto en el guión como en la dirección, y el dúo formado por DiCaprio y Matt Damon están por encima de la versión hongokonesa.