Brutal ópera prima de Trey Edward Shults en la que utiliza a los propios miembros de su familia como actores amateurs, siendo únicamente Krisha (tía del cineasta), la que trabaja como actriz profesional. Krisha es una mujer con un largo historial de adicciones que vuelve al hogar familiar para pasar el Día de Acción de Gracias con sus parientes. Krisha jura y perjura que al fin está sobria, que lo único que quiere es volver a ser una más de la familia sin rencores de por medio. Pero conforme avanza la trama, vamos comprendiendo las raíces exactas de la rotura hogareña, porque volver a casa no siempre es un camino de rosas y más cuando existen tantas cuentas pendientes. ‘Krisha’ es una obra que se cocina a fuego lento, casi como el pobre pavo que atrae todas las miradas. Se trata de una obra donde los diálogos tienen una importancia única, donde los efectos sonoros te sacan de quicio y donde todo es tan metafórico como verdadero. Un retrato brutal de la adicción, de cómo te convierte en una absoluta esclava sumiéndote en un estado de autodestrucción imparable, mientras que tu familia solo puede quedarse quieta, observando cómo vas ahogándote en ti misma día tras día. La sensación que deja el film es de una tensión constante con una intensidad muy bien manejada en parte gracias a la mezcla de sonido que consigue ponerte de los nervios durante toda la película.

La vida de la tía Krisha es como un rayo que aparece en el cielo y deslumbra a toda la familia, para luego partirla por la mitad.

No ha estado mal, una buena sorpresa que una vez más, te aparece gracias a un desafío porque si no...quien sabe si la hubieras encontrado por tu cuenta. Si que me ha faltado que hubiera profundizado algo más en ese problema, para que hubiera sido ya un gran acierto del todo, además de que debido a tantos personajes, y en tan poca duración, como que se pierde un poco y podía haberle sacado aún más provecho.

Bueno, vamos a ver como una mujer se va a reunir con su familia para el día de acción de gracias, y como hay algo más en esa simple reunión.

En general, tanto el inicio como gran parte de su desarrollo la palabra que mejor definiría a esos cincuenta minutos o así, sería "desconcertante", ya que nada más empezar vamos a ver un plano que sin duda llama la atención y si te dijeran que podría ser de otra película con otra temática, en este caso de "miedo o terror" te lo podrías creer. Se añade diferentes "cosas" que te dejan aún más intrigado ya sea por esa falange que le falta, esa extraña caja que le acompaña, esas extrañas melodías en segundo plano mientras cocina, esa observaciones a escondidas,el buscar algo, esas primeras conversaciones de la reunión,etc es todo un conjunto como de pistas en el que sabes que pasa algo pero no sabes el qué. Hasta que se produce un hecho que desencadenará todo, podrás ir encajando piezas y apreciar ese último tramo que es lo mejor de la película.

En general, tiene un desarrollo lento, va todo preparándose para causar un mayor efecto en ese final. La actuación de la protagonista , Krisha Fairchild, es buena.

Creo que merece la pena echarle un vistazo

Peazo Dramón nos espera.
Opera prima del director, y no veas como entra el amigo Trey Edward Shults, rompiendolo todo .
Muy bien recreada, usando a toda su familia y al hogar familiar para el rodaje, solo cuenta con una actriz profesional para el papel de protagonista, la tía Krisha.
Iniciamos el viaje de redención con más pasos en falso que aciertos que durante seis minutos nos deleita con un plano secuencia con puntos de comicidad. Pequeños detalles que nos prepararán para el aterrizaje. No sabemos nada del personaje, pero nos lo retrata a la perfección con sus soliloquio de autoayuda barata de cinta de cassette para coche.
Y llamará al timbre de la lujosa casa familiar, una comuna de adinerados, para celebrar el día de acción de gracias. Y cuando parece que los problemas se quedan fuera, les abrirá la puerta a la primera incertidumbre, al primer miedo.
Todos intentaran comportarse de la manera más correcta, con bienvenidas calurosas y demostraciones de cariño. Pero detrás se respira algo de mal rollismo en el ambiente, como que todo el mundo pasa de ella.
Y empieza la odisea, una misión kamikaze donde la música disonante batizina que nada puede salir bien.
Porque demostrar que estás curada de una vida de excesos llevando un maletín repleto de chuches, pues como que no, verdad.....
Ella será la encargada de cocinar el pavo. Y creo que al final, el bichito es el que mejor parado sale del conflicto. Pero todo se cocinará a fuego muy lento, haciendonos sentir la angustia de la abstinencia, el desfase del abuso y las consecuencias del descontrol.
Y esto escupiría a todos.
Análisis riguroso sobre la dependencia adictiva y la autodestrucción del individuo que la padece , y el sufrimiento de su círculo íntimo como víctima inocente y daño colateral.
Los diálogos con su cuñado, son para enmarcar, y me recuerdan un poco aunque este roce la comedia al sr Frank Gallagher.