Había leído bastante acerca de esta película, pero creo que ni todas las opiniones del mundo podían haberme preparado para el desconcertante espectáculo que es 'Calígula', una de las obras más polémicas de la historia y, por qué no decirlo, la producción erótica —o pornográfica, seamos honestos— más cara y extensa jamás filmada. Esto podía encontrar justificación en el conocido carácter depravado de Calígula, solo que la película, afectada en parte por sus múltiples —y chapuceros— pasos por la sala de montaje, lo lleva a un nuevo extremo en el que la vida del emperador aparece constantemente salpicada por escenas de sexo explícito. Al parecer, la idea inicial del director Tinto Brass y del guionista Gore Vidal era la de centrarse mucho más en la corrupción del poder y no tanto en los episodios lujuriosos de Calígula, pero Penthouse —sí, los de las revistas guarrillas—, ejerciendo como productora de la película, terminó modificando la versión final para incluir escenas sexuales a posteriori y así adaptarla a su propio enfoque.

Lo que debería haber sido, por tanto, un interesante descenso hacia una de las mentes más retorcidas de toda la Antigua Roma, acaba convertido en un caótico festival de la carne que, además, se ve muy lastrado por sus bruscos saltos entre escenas. También hay que decir que existen tantos cortes de esta película que yo ya no tengo ni idea de cuál es la versión que he visto; solo sé que era larga como el garaje de un tren, que había pitos y flautas por todas partes y que, si mi madre me llega a pillar viendo esto con quince años, no habría podido defenderme diciendo que era simplemente una peli de romanos. Solo el despótico retrato de un Calígula completamente entregado a sus perversiones, las afiladas frases que inyectan algo de chispa al guion o la presencia de grandes figuras como Malcolm McDowell, Peter O'Toole o Helen Mirren logran destacar entre un resultado final demasiado irregular y excesivo. Parafraseando al propio Tinto Brass: «esto debía ser una epopeya sobre la orgía del poder, no sobre el poder de la orgía».

Calígula es un drama histórico, con un altísimo contenido erótico (por no llamarlo pornográfico, directamente), protagonizado por Malcolm McDowell y Helen Mirren. Dirige Tinto Brass y produce Penthouse en los años 70.

La película es una representación de la vida de Calígula, desde antes de ser emperador, hasta que dejó de serlo, en unos años que hicieron que el emperador fuera más conocido por su locura y excesos, que por lo que hiciera por su pueblo.

En una de las primeras escenas, vemos a Calígula hablando con un Tiberio encarnado por Peter O'Toole, van caminando por palacio rodeados de esclavos dándole al fornicio, con primeros planos, sin cortarse un pelo, hasta que Tiberio detiene la conversación y grita "más pasión!!!" y subimos el nivel. Así no hay quien atienda lo que están hablando.

Tinto Brass se hizo conocido por hacer un cine comercial en las que incluía escenas de sexo explícitas, y Penthouse es (o era) una revista para adultos. No sé si Brass buscó a Penthouse para producir, o si la revista buscó a Brass para dirigir, el caso es que consiguieron hacer una película que generó una controversia para la que parece que no pasan los años.

Con actores de renombre y una puesta en escena muy teatral, Mcdowell y Mirren, junto con otros conocidos nombres, hacen su parte interpretativa en este festival explícito de sexo, torturas sexuales, orgías, y de vez en cuando, algo de drama, pero totalmente eclipsado por todo lo demás.
Quizá Mcdowell hace la interpretación de su vida, pero no lo sé, estaba distraído viendo el bombardeo de imágenes de gente haciéndose de todo en un gran grupo, o a lo mejor O'Toole echa el resto para hacer de Tiberio, pero tampoco lo sé, porque la tortura de la esclava que colgaba del techo tampoco me dejó pensar en mucho más.

Llamarme básico, pero si quiero ver porno, me pongo porno. Y si quiero ver a Calígula de forma teatralizada, supongo que me pondré Yo Claudio (otra vez).
Alguien dirá que Roma era así, o al menos la Roma de Calígula. Pues oye, a lo mejor, pero lo que vemos aquí parece más una fantasía de alguien por tener dominio absoluto.

Sea como fuere, está claro que esta película cumplió sobradamente su objetivo. Cuando era pequeño, mi hermano mayor me dijo "mira qué película". Siendo mayor, unos chavales me dijeron "mira qué película". Y me dará que así seguirá siendo un tiempo, posiblemente más del que ellos mismos esperaban.