
Nia Long
Jennifer
Esta secuela de "A 47 Metros" traslada la mortífera acción de los tiburones desde México a Brasil, y seguirá a un grupo de chicas en busca de aventuras en la costa de Recife. Con la esperanza de salir del rutinario sendero turístico, las chicas escuchan algo acerca de unas ruinas submarinas ocultas, pero descubren que bajo las olas turquesas su Atlantis secreta no está completamente deshabitada.
Peor aún que todos los tiburones gruñones del fondo del mar, la secuela de “ A 47 metros 2: El terror emerge" empieza centrándose en otro tipo de depredador muy peligroso: ¡las colegialas insufribles!
La pobre Mia sufre del acoso escolar en su colegio y también lucha por establecer un vínculo con su hermanastra. Sus terribles problemas parecen afectar a sus padres tanto como a nosotros: para deshacerse de sus hijas, las envían a ver tiburones blancos en un barco especialmente acondicionado para ello (probablemente esperan que acabe mal, ***contenido con spoilers*** ). Pero las dos hermanastras se adentran en la naturaleza con dos amigas para explorar una ciudad maya submarina descubierta por el padre de Mia. Cometiendo un increíble número de estúpidos errores, el grupito se encuentra atrapado en los túneles del monumento sumergido con, por supuesto, un enorme y hambriento tiburón tras su pista... Con sus primeros veinte minutos, es justo decir que " A 47 metros 2: El terror emerge" hace todo lo posible para ponernos del lado de los tiburones, ya que estas súper amigas competitivas que aquí se presentan son absolutamente molestas y hacen lo necesario para acabar entre sus mandíbulas. Puede que incluso te preguntes si no hay un sentido del humor velado detrás de todo esto, pero aparte de los últimos diez minutos, que son más de lo mismo, esta secuela de Johannes Roberts parece decidida a seguir los pasos de su predecesora llevando cada vez más lejos los límites del ataque de tiburones.
Como pueden imaginar, aquí es difícil sentir el apego que sentíamos por las heroínas del primer opus. Estas nuevas adolescentes son definidas en dos grandes pinceladas y enviadas al matadero submarino sin rechistar (sus ”inteligentes” acciones no ayudan). Del mismo modo, mientras que su predecesora tenía su cuota de incoherencias que podrían hacer caer la mandíbula de un tiburón, esta secuela es simplemente absurda de principio a fin, sin intentar contar nada que merezca la pena más que simples excusas para convertir a alguna de ellas en pasto de tiburón.
Eso nos deja los ataques de nuestros tiburones blancos favoritos para entretenernos, y eso es lo único que Johannes Roberts consigue hacer con gran generosidad. Recordemos que en la primera película, las apariciones de los tiburones estaban tratadas visualmente de forma similar a la de un asesino en una película de terror, pero esta vez Roberts convierte a su tiburón en un hombre del saco con su apariencia casi sobrenatural (está ciego y cubierto de cicatrices) y cada una de sus manifestaciones se convierte en la de un auténtico asesino slasher que busca acabar con sus víctimas ¡al estilo del susto fácil que últimamente vemos en todas las películas de terror!
No se puede reprochar a la película la belleza de algunos planos de estos ataques ni algunos momentos de bravura, ***contenido con spoilers*** que parecen no acabar nunca, pero sin el menor apego a las víctimas y a la cruel repetición implícita en la manera de actuar del tiburón, todo parece terriblemente inútil y sorprende que una película así sea tan interminable. En resumen, aunque se sitúa a la misma profundidad, "A 47 metros 2: El terror emerge" se hunde desgraciadamente mucho más, alcanzando un cierto umbral de mediocridad. Sólo la innegable habilidad de Johannes Roberts para exhibir a sus bestias rabiosas favoritas brilla en estos abismos tan vacíos como el contenido de los cráneos de las heroínas...
A 47 metros 2 es un engendro audiovisual protagonizado por Sophie Nélisse.
En una secuela que sólo comparte título con la original, bueno y que en ambas hay seres humanos y seres escualos, esta vez nos traen un grupo de chicas y no sólo dos, a la costa de Brasil para liberar unos tiburones con unos penosos efectos visuales.
La anterior entrega podrá gustar más o menos, pero al menos tenía su par de escenas, y era una película que te podías tomar en serio. Aquí es que no, dentro del género de tiburones tenemos las malillas, las malas de risa, las malas entretenidas y las que no están tan mal. Esta la meto en las malas malas. Las malas que ojalá no hubiera visto. Porque además es previsible, siempre sabes cuál será la siguiente, incluyendo ***contenido con spoilers*** .
Es que no. Bueno y la excusa que han puesto para tener tiburones malignos en la zona, ya desde el principio es una pista de que aquí va a ser difícil rascar algo.
Ojalá hubieran tenido un barco más grande. Uno con piscina, así no habrían tenido que meterse en el agua y no existiría la película.
Segunda parte de A 47 Metros pero en este caso es solo el nombre. Pues se han olvidado por completo la referencia del título, haciendo que esta película sea más adolescente y a su vez más light.
Pero no s equivoquéis, que no es del todo mala, pues tiene algunas escenas verdaderamente impactantes y que no te dejan tiempo a reaccionar.
Aunque también encontraremos cosas tan malas como la caracterización de los tiburones que se nota de lejos ese CGI que tanto ocultaron en la primera temporada. También podemos observar el cambio que les han dado a los animales, llegando a ser unos zombies vivientes.
Y ya si hablamos de circunstancias que le ocurre a las protagonistas y que milagrosamente salen de allí con algún problema que no desearía nadie.
Secuela de A 47 metros pero donde realmente eso 47 metro no tiene importancia, es posible que se sumerjan a esa distancia, pero aqui simplemente aprovechan el nombre para contar otra historias de hombre (bueno realmente mujeres) contra tiburones y aqui nos encontramos con mas personajes que en la anterior lo que quiere decir que también habrá ***contenido con spoilers*** no hay que buscarle el sentido, solo ver si estas chicas podrán sobrevivir a los tiburones
Lo que me puede fallar es que una vez mas usan a una chica guapa y muy normativa (que tampoco se molestan en afearla en plan ponerle gafas, coletas o peto) como Sophie Nélisse como la apestada del colegio.
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