Crítica de Tribus de Europa por JUSTER

Tribus de Europa nos sitúa como bien dice el título, en una Europa devastada por un apagón global, conformada por diferentes tribus o facciones que luchan por controlar todo el continente. Todo cambiará cuando la pacífica tribu "Origines" y sus protagonistas se encuentren con una nave estrellada.

La serie alemana nos contará el devenir de tres protagonistas: Kiano, Liv y Elija, cuyos caminos se separarán tratando de sobrevivir y volver a reunirse como familia. Tribus de Europa tiene toques de Los 100 o otras series de misma índole, un escenario con toques postapocalípticos en el que diversas facciones luchan por la supremacía, estas me han parecido bastante interesantes obviando que siguen el cliché de siempre, buenos, malos o no tan malos.

Las historias que se cuentan son interesantes y entretenidas, aunque la de Liv me ha parecido la más floja, finalizando en el último capítulo con un alegato de lo políticamente correcto un poco lamentable. La historia de Kiano y Elija es mucho más compleja y sin lugar a dudas aunque tal vez no convenza su personaje, Elija tiene en sus manos el punto más interesante de toda la serie, que dará juego a una nueva facción y una nueva amenaza.

Guion e interpretación simples pero aceptables, en cada momento se trata de avanzar sin divagar en nimiedades, y no es de extrañar, ya que la serie solo consta de seis capítulos, algo que arto me desalienta, pues aparte de que impide que la serie se desarrolle más, al final el espectador se encontrará viendo temporadas de tres capítulos cada año...

Con una vez más aceptable banda sonora sin mucho que destacar, y unos escasos efectos especiales que cuando aparecen son muy notables. Una fotografía de una distópica Alemania muy aceptable pero sin brillar, con una variedad de escenarios bastante buena que te introducen en la diversidad de las diferentes tribus.

Si te gustan las distopias postapocalípticas en las que facciones luchan por el control total, las aventuras y un poco de misterio Sci-Fi, la recomiendo. No es para nada una obra maestra que vaya a impactar, pero entretiene muy bien. Un ocho bajo que esperemos que se mantenga en las posibles futuras entregas.