Crítica de Tracker por Pacomz

Hace 30 ó 40 años esta serie me hubiera parecido una serie de mediodía más, no la hubiera hecho ni caso (de las que te duermes en la mesa·camilla): serie a lo McMillan y esposa, Bonanza, Kojak o Las calles de San Francisco.

Pero han cambiado tanto las cosas, que hoy bebo con deleite una serie sencilla, con final feliz en cada episodio, 40 minutos, con un prota calmado, racional, educado, empático y cariñoso (también guapo, también).
Incluso la gente que le rodea todos son así, esa pandilla con la que hubieras disfrutado en el barrio.

Sus problemas del pasado no le vuelven un loco disparatado, ni un borracho agresivo de gatillo fácil. Siempre llama a la calma, aunque sabe dar un buen mamporro a los malos cuando se lo merecen.

A este detective le ayudan online un matrimonio de lesbianas encantadoras que siempre están horneando pastelitos y dándose pellizcos de monja en una casa ambiente marrón humeante nescafé recién hecho.

También le ayuda online (guiones imposibles antes de internet y del móvil) un negro sin piernas, un hacker informático de buen talante, sonriente e inteligente que no trata de colarte ninguna ideología victimista.

Sus guiones son como nos enseñaron a redactar en la escuela: introducción, nudo y desenlace. 1º te plantan al que desaparecerá, 2º investiga "el chico de la peli" y 3º "el chico" pilla al malo y rescata al desaparecido. Qué maravilla este sota-caballo y rey con sabor a mitad del siglo XX.
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Disney sólo ofrece por ahora la 1ª temporada.
Temo que en la 2ª aumentarán sus indagaciones hacia sus enigmáticos padres y deje de ser "un buen chico"; en fin ojalá que esto no le quite el tono cordial, casi de Boy·Scout a lo Casa de la Pradera.

Amigos hay que verla; la estarás viendo y te dirás "pero qué hago viendo esta chorrada desnatada", pero cuando acabe querrás más y más... y es que te habrás enganchado al plácido sentido común.