Crítica de El juego del calamar por Lalpispa

Como me conozco y soy de mecha corta, he esperado a digerir esta serie antes de opinar. Los dos primeros tercios los devoré con gula y me supieron a gloria. A partir de ahí me empezó a hacer bola, y el final no me ha gustado nada, pero NADA.

Hasta pasado el ecuador, ha sido gloria bendita, de esa que te impresiona y te sacude. Con un retrato del sistema de la "igualdad de oportunidades" valiente y mordaz, y con el individualismo salvaje y la deseabilidad social como protagonistas. El fatalismo y la ambición encontrándose en las visiones de dos de los personajes protagonistas. La vida y el ascenso social, donde nos la jugamos pero no es un juego de niños, en la que cuando pierdes, lo importante no es participar, ahí, deportivamente, porque lo que está en juego es tu vida. Cada personaje involucrado está representando un tipo y una forma de encarar el reto. Competir o colaborar. Meritocracia o partida amañada que nos propone llegar exitosos a la meta.

El arranque leeento de la serie tenía su lógica porque nos estaban presentando los caracteres de los personajes y explicándonos su psique; y van y en el final y se cargan todo el constructo psicológico que han creado, con actitudes y acciones que nada tienen que ver con la personalidad mostrada. Y no, no se trata de un cambio reactivo, es incoherencia. Al fulano le pegó el viento, y ¡hala!, como veleta que se gira. Llega al final de tal manera que parece esbozar que continuará, pero dudo que yo lo haga. Prefiero parar cuando acaba la linde...