Crítica de El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro por MrPenguin

En esta época de remakes, secuelas, fórmulas sobreexplotadas y, en definitiva, de tan preocupante escasez de originalidad, muchos concuerdan en que Guillermo del Toro ha salvado el Halloween de este año con su particular Gabinete de curiosidades, una antología de relatos de terror con identidad propia y donde prácticamente todo está permitido. Esto cobra sentido cuando vemos que del Toro, que en esta ocasión ejerce de productor, maestro de ceremonias y escritor de algunos de los capítulos, se ha rodeado de nombres tan opuestos e ilustres dentro y fuera del género como los de Vincenzo Natali ('Cube'), Jennifer Kent ('Babadook') o Panos Cosmatos ('Beyond the Black Rainbow'). Un ecléctico grupo de directores que, por si fuera poco, se han empapado de la influencia de grandes figuras de la literatura universal como Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft o Henry Kuttner para sumergirnos de lleno en este singular escenario de horrores cósmicos, imágenes evocadoras y entes indescriptibles.

Obviamente, y como suele suceder en la mayoría de antologías, el hecho de que cada episodio sea totalmente diferente al resto —tanto en forma como en contenido— puede traer consigo cierta irregularidad en el resultado general de la serie. Esto no tiene por qué ser necesariamente negativo, ya que la propia variedad del Gabinete hace que sea complicado no encontrar alguna historia que nos atrape completamente, aunque, a cambio, habrá que enfrentarse a algunos capítulos donde mantener la atención será complicado. En cualquier caso, y pese al ritmo desigual que ha heredado de su propio concepto, no cabe duda de que 'El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro' es un soplo de aire fresco dentro de un género agotadísimo y una más que interesante colección de relatos donde el terror, el misterio y lo fantástico se dan la mano para ofrecer una experiencia única a todos aquellos valientes que quieran adentrarse en lo sobrenatural.