Unburied

A medio camino entre un relato sobrenatural adolescente y un thriller que denuncia los feminicidios de México, 'Cometierra' se mueve con soltura como una raíz incipiente que coge fuerza de la tierra y nos rodea en su cálido manto. En apenas siete episodios, seremos testigos del realismo mágico que me hechizó completamente en las clases de Literatura Hispanoamericana, seremos testigos de cómo la violencia humana siempre se ceba con los más desprotegidos, de cómo las mujeres en muchas partes del mundo somos un número más... Seremos testigos de cómo encontrar el poder, tu propio poder interior, puede transformar las vidas de todas las personas que te rodean y por las que darías la vida. Aylín es una joven adolescente que, a simple vista, parece una más entre sus compañeras. Pero Aylín tiene un curioso poder y es que comiendo tierra, puede ver hechos pasados, puede ver desapariciones, muertes y descubrimientos que la llevarán a renegar de su poder. En un barrio de extrarradio en el que las desapariciones de niños y mujeres se cuentan por cientos, el poder de Aylín significa un rayo de luz, la esperanza para tantas familias rotas o, simplemente, el poder poner un punto y final a una ausencia que nunca termina.

Por macabro que suene el argumento, la serie no cae nunca en la frivolidad, ni la burla. Se toma muy en serio el tema que trata entre manos y aunque se acelera demasiado, merece la pena dejarse sumergir en el folclore mexicano, dejarse abrazar por las raíces de nuestros ancestros, respirar la tierra, escuchar lo que nos tiene que decir y deleitarse con una banda sonora que es una absoluta maravilla. No he leído el libro de Dolores Reyes que generó bastante controversia durante su publicación, pero el cual los lectores convirtieron en un libro de culto; así que no puedo juzgar si se trata de una adaptación fiel o, sin embargo, se trata de una historia con vida propia. Lo que sí os puedo asegurar es que aquí encontraréis una historia sobre una problemática social a la que muchos parecen querer apartar la mirada, porque es más fácil fingir que somos fantasmas, seres predispuestos a desaparecer como una mota de polvo en un mundo lleno de violencia.

Si os echan tierra, convertíos en flores.