'Trigun' es uno de esos animes de los 90 que ayudaron a consolidar la popularidad de la animación japonesa en occidente y, ya sea por ello o por su calidad, lo cierto es que tiene bien merecido su estatus de clásico. Y, aunque quizás no haya aguantado tan bien el paso del tiempo como otras de sus coetáneas, sigue siendo una serie que todavía hoy en día merece la pena ver.

La historia, ambientada en un desértico y lejano planeta de un futuro indeterminado, nos pone tras los pasos de Vash la Estampida, un legendario pistolero que, según las habladurías locales, va sembrando el caos allá por donde pasa. Esto, sin embargo, choca bastante con el aparente carácter que muestra Vash, más cercano en ocasiones a un payasete torpe que a un hábil criminal. El contraste que estas dos realidades generan afecta al propio comienzo de la serie, el cual puede parecer completamente desalentador debido a un estilo narrativo que en la actualidad resulta un poco desfasado (yo estuve a punto de abandonarlo tras los primeros capítulos), ya que, al igual que otros animes de los 90, abusa mucho de situaciones cómicas y absurdas que no acaban de encajar con la seriedad de lo que en principio se nos planteaba. Por suerte, y llegado a cierto momento, 'Trigun' toma un giro donde todo adquiere una mayor profundidad y en el que su desarrollo, hasta entonces algo errático, llegará a tomar ciertos tintes más épicos, dramáticos e incluso filosóficos.

No es por tanto un anime fácil de ver fuera de su época y contexto, aunque desde luego creo que sabe recompensar bastante bien toda esa paciencia que pide al espectador. No os dejéis llevar por sus primeros episodios y dadle una oportunidad a este peculiar western con aires modernizados, mucho espíritu de aventuras y cierto estilo steampunk y, seguramente, os costará olvidar al carismático Vash y sus conflictos internos entre sus nobles ideales y el cruel mundo real.