Muy fiel al cómic, esta serie difiere sin embargo de él porque va más allá de lo que se publicó, pero no es peor porque el efecto sorpresa es aún más delicioso. Outcast es una serie oscura, paranormal, es muy espeluznante. El gore y el miedo están ahí, me recuerda un poco al exorcista. Los primeros episodios de la primera temporada son realmente buenos, establecen el tono, la atmósfera espeluznante y terrorífica, rápidamente entramos en el juego y queremos ver más, así que nos dejamos llevar por esta serie con un cierto placer. Y luego, poco a poco se convierte en una trama más confusa, ciertamente, el tema del exorcismo no habría sido suficiente para una serie, pero... aún así, oscilamos entre lo bueno y lo malo, dependiendo de los directores, dependiendo de la escritura del guión; es locuaz, a veces poco creíble, los personajes dan vueltas en círculos, algunos, como el reverendo, se hunden en un abismo que roza lo grotesco, habría hecho mejor en ser poseído, eso habría aportado un poco de picante, y luego están las historias dentro de la historia, pasamos por historias paralelas, que no siempre aportan claridad, oscilamos un poco en la invasión de los profanadores y el exorcista, una mezcla que merecía más sutileza. Y luego pasamos a la segunda temporada, porque nos pensamos que vamos a tener algunas respuestas, ciertamente, avanzamos en una niebla que poco a poco se va disipando, pero ciertas reacciones (sobre todo la de Kyle Barnes) a veces sorprenden, lo que da un tono que roza lo sensiblero. El actor que interpreta a Kyle Barnes tiene el carisma de un mejillón. En fin, cómo acabar la temporada para que los espectadores no estén bajo el influjo de un profundo descalabro... es sorprendente, no me atrevería a decir que es exitosa, pero por qué... es como todo. Seguro que hay series de más éxito.
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