Verano Azul

Verano Azul. Para los más jóvenes, esta serie les recordará a batallitas o comentarios de hermanos mayores o padres, o a algo desfasado de la prehistoria de la televisión. Cierto es, que una serie de 1981... nueva nueva, no es, y para quien no la conociera en su momento o con alguna reposición de las que han hecho, le quedará tan lejos como "Lo que el viento se llevó".

Referente para algunos, casposa para otros, Verano Azul es para los niños que lo éramos a comienzos de los 80 un recuerdo agradable, un aroma, una nostalgia que, de vez en cuando, vuelve a nuestra memoria, recordándonos nuestros tiempos infantiles, inocentes, de amistades y amores de verano. De hechos que, fuera del aspecto infantil-adolescente, podían parecer nimios y faltos de interés para las personas adultas, pero que no lo eran. La serie era amplia en su espectro de público, desde los niños y adolescentes reflejados en la pandilla, con todos los patrones repartidos (la lucha por el liderazgo del cabecilla foráneo y el local, la chica guapa, la lista, los niños gamberretes, el más serio..); pasando por los adultos, con esos padres de la serie y su relación con ellos, con momentos para todos; junto con la pintora Julia, y su manera de recibirlos y tratarlos con su educación y encanto; y el viejo marinero Chanquete con su sabiduría y su respeto por las cosas, sirviéndoles de referentes.

Con unas localizaciones muy bonitas y situaciones bien resueltas, reflejando los problemas padres-hijos, enfocando problemáticas difíciles que no se mostraban en aquel entonces, siendo incluso reivindicativa si uno se fija bien, en la sobreexplotación urbanística, en el abandono de los habitantes propios de la zona, en el machismo, en la vejez, etc.. Es una serie hija de su tiempo, con todas las bondades y contras que tenía la sociedad a principios de los ochenta, pero no tan lejana como pueda parecer en algunas cosas a la actual. De igual forma, tendrá un contrapúblico que no le gustaría ya en su momento ni ahora, de igual manera que gusta y no gusta "Cuéntame" por poner algo por el estilo de serie a favor y en contra. Pero ya sea a niños como yo entonces o a adultos, gente mayor, o incluso personas que la ven muchos años después por primera vez, veo un gran porcentaje que siente empatía y cariño por esos personajes, con esas situaciones, que si bien eran blancas en muchas cosas, en otras, no lo eran tanto, y reflejaban problemas con bastante realismo e incluso crudeza, aún siendo una serie familiar. Todos nos acordamos de esa carrera de Pancho gritando "¡Chanquete ha muerto!". dejando a todos destrozados y con una apabullante tristeza.

Así que, respetando a los que no les guste por estilo, creo que, tanto a nivel de factura técnica como de trama y enfoque, tenía una gran calidad. Aunque lo importante al final de todo es que pasado el tiempo, mucha gente respeta y valora a Verano Azul como una serie icónica y reivindicable, ni más, ni menos. No tiene que gustar a todos. por supuesto, para gustos colores; pero objetivamente, tiene su calidad a nivel técnico, y a nivel emocional, dejó un poso que perdura aún en el tiempo, en muchos de nosotros.

"Algo se muere en el alma... cuando un amigo se va..."

La Madre española de todas las Series españolas. No puede existir un seriéfilo español que no haya visto Verano Azul. La serie, rodada en el año 1981, está avanzada a la época. Trata si tapujos temas algo controvertidos por aquel entonces, que incluso ahora podrían considerarse algo polémicos, ya que la sociedad actual parece haberse vuelto más conservadora que en los 90. Ejemplos hay muchos, como ver a los niños fumando o bebiendo, (a veces hasta inducidos por los adultos).

Por otra parte, las serie refleja a la perfección la infancia de cualquier español de clase media, y sus hazañas con la pandilla de verano. Los primeros amores, las primeras escapadas nocturnas, la fría sensación de ver que todo lo bueno se acaba y las dolorosas despedidas "hasta el verano que viene". Los últimos 2 capítulos, de tintes más dramáticos, (como todos sabéis) y a mi gusto algo crueles, dejan una sensación melancólica que sólo quien lo haya vivido, sabe lo que es, y que personalmente deseo a todos los niños.

Nunca me gustó esta serie, en parte por ese espíritu que huele a rancio; a rebuscado cuando no a previsible; a revividas lágrimas de Joselito y a cine familiar de la peor especie para su momento de rodaje. También porque, en lo personal, no estaba para tonterías, pues no hacía tanto que (¡por fin!) había terminado la "mili" y me encontraba en lo más casposo e intransigente de mi cinefilia. Y, por supuesto, nunca perdonaré ese horrible, lloriqueante latiguillo del "¡¡¡Julia!!! ¡¡¡Chanquete ha muerto!!!". En fin, lo mejor del cine de Mercero había quedado más que demostrado en la década anterior.