Críticas de Mr. Bean

Logeate para poder valorar esta serie

Serie que a través de numerosos sketches narra las desventuras de un peculiar y humorístico personaje, Mr. Bean, un adulto de mente profundamente simple al que cualquier tarea, por sencilla que sea, le supone una extraordinaria labor que siempre se le complica hasta extremos insospechadamente divertidos.

1990
25 min
Comedia Familia

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Mr. Bean

Crítico aplicado
PTG 1
8.5 / 10
Humor británico por excelencia, sin diálogos, muy divertido.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico ocasional
PTG 1
8.5 / 10
Es curioso como una serie en la que practicamente no se habla, puede trasmitir tanto.

Valoraciones en tu crítica:

✪ Crítico estelar ✪
PTG 111
7.5 / 10
Una calle cualquiera en plena noche cerrada. En medio de la oscuridad, un rayo de luz se proyecta desde el cielo y de él cae un hombre que se estampa como un saco de arena mientras un coro celestial entona "Ecce homo qui est faba, ecce homo qui est faba" ("He aquí al hombre que es un haba, al hombre que es un haba"). Así comenzaban los créditos de la ya mítica serie de Mr. Bean (Mr. Judía para los amigos), dejando claro que no estábamos ante una serie convencional y que, tanto el protagonista como su estilo de hacer comedia, parecían venidos de otro planeta. Sin embargo, tras ese arranque que a primera vista podríamos calificar simplemente como humor absurdo, se escondía una inteligente manera de arrancar risas y sonrisas sin la necesidad de articular ni una sola palabra.

Y, si bien son evidentes las claras influencias del cine mudo de Chaplin o Buster Keaton, Rowan Atkinson se aleja en todo momento de la imitación para crear un personaje con un estilo propio, único y absolutamente reconocible. Así tenemos a Mr. Bean, un hombre egoísta, infantil, maniático, tacaño e incluso algo malicioso, pero siempre desde esa inocencia que lo convierte en una especie de niño malcriado encerrado en el cuerpo de un cuarentón. Tiene todo lo necesario para ser odioso, pero, curiosamente, consigue todo lo contrario hasta el punto de resultar tan divertido y entrañable que incluso roza la ternura en ciertos momentos. Esa mezcla de elementos hace que su humor no sea para todo el mundo, pero desde luego vale la pena darle una oportunidad, así que pasen y vean. O mejor dicho, pasen y Bean ~ʰᵉʰᵉʰᵉ~ ☜(゚ヮ゚☜) (lo siento).

Valoraciones en tu crítica:

Crítico honorable
PTG 111
8 / 10
Humor británico de un mítico personaje, mucho más inteligente de lo que parece a simple vista, Rowan Atkinson camufla como algo muy bobo unas situaciones y una forma de salir de ellas que en realidad son muchas veces bastante ingeniosas.

Cada episodio de 20 minutos contiene varios sketches de unos 5-6 minutos, inconexos entre sí, aunque hay "personajes" recurrentes, como su pareja o el coche azul de tres ruedas.

Luego sacaron películas, y aunque tienen cierta gracia, tienen algo que esta serie no: diálogos como algo normal, y pierde gran parte de la esencia.

Una gran serie de corta duración que nunca llegó a quemarse, y en parte quizá por eso se le tiene la estima que se le tiene.

Valoraciones en tu crítica:

Crítico leyenda
PTG 111
7.5 / 10
Allá por la década de los 2000, cualquier niño o adolescente gallego que llegase a casa hastiado de la vida lectiva, encendía la TVG y se encontraba con un personaje de lo más peculiar que fue un hit en audiencias. Un personaje hecho a sí mismo con ese icónico y anacrónico traje marrón, su corbata roja y su cara de niño grande que se niega a crecer. Este personaje fue bautizado como 'Mr. Bean' ('O señor Bean' en nuestro caso y 'O señor faba' para mi padre) y forma parte de mi adolescencia tanto o más que 'Los Simpsons'. Catorce capítulos divididos en sketches son necesarios para presentarnos su personalidad egocéntrica, aniñada, tacaña, gafe, maniática y extremadamente sensible, además de confirmar a Mr. Bean como quizás el mayor troll de la historia. Todas las situaciones que se le presentan y su propio carácter que podemos definir como estrambótico, invitan a que te distancies de él y, sin embargo, es imposible no empatizar y no llegar a sentir cierta lástima por su ingenuidad.

Una serie para disfrutar y sacar a tu niño irreverente interior. Una serie para reír y ser feliz un ratito, una serie que quince años después y tras unas reiteradas crisis de insomnio, me ha devuelto a esa época en la que ser feliz no requería mucho esfuerzo y que bastaba con sentarte delante de la televisión con un bocadillo de chocolate Nestlé.

Valoraciones en tu crítica:

0 10 8.4 116