La asesina del romance

Podría resumir mi crítica a esta serie con un simple "Sí soy", pero eso estaría feo, así que la desarrollaré un poquito más.

Y es que en mi caso podríamos sustituir a los videojuegos las series, películas o libros, pero me veo muy reflejada en Anzu por disfrutar de sus pasiones, sobre todo si incluyen gatitos, y encerrarse en sí misma sin preocuparse demasiado por los asuntos románticos. Claro, que Anzu está en el instituto y yo... Ya me gradué, dejémoslo ahí. El caso es que ella es feliz con sus cosas sin meterse con nadie, aunque también descuida posibles amistades y en general tener vida social, hasta que un bichejo mágico, a través de un videojuego, se presenta en su casa y se la lía parda, metiéndola de lleno en una especie de comedia romántica.

Y es que La asesina del romance no deja de ser una comedia romántica, aunque haciendo mucho más énfasis en la parte de comedia que en el romance. Anzu se verá envuelta en todos los clichés habidos y por haber del género, los encuentros casuales, los tropiezos, el enemies to lovers, el friends to lovers... Todos esos clichés que ahora vuelven a estar tan de moda en la literatura romántica y que al final siempre han estado ahí en este tipo de historias. De la noche a la mañana y sin pretenderlo se encontrará entre varios posibles candidatos mientras ella hace todo lo posible por evitar cualquier sentimiento.

No sólo es una serie ligera y entretenida que se ve en nada, me la he visto de dos sentadas y porque tenía que trabajar o habría maratoneado los 12 capítulos, sino que me he reído un montón de principio a fin, Anzu es una antiheroína tremenda y su relación con Riri es lo más. Pero no sólo eso, sino que también me he sentido identificada con otro personaje, y cualquiera que lo haya pasado mal y al que le hayan hecho sentir mal seguramente también se sentirá identificado con la parte más dura y dramática de la serie.

Y es que, ya sea porque tienes otros intereses o porque te han hecho daño, es muy fácil encerrarte en ti mismo y alejarte de los demás por miedo a que te vuelvan a herir, creando una coraza a tu alrededor que impide que cualquiera se acerque. Porque La asesina del romance, por irónico que suene, no va de romance, al final la presencia de Riri y sus intentos por emparejar a Anzu no son más que una excusa, un pretexto para que un grupo de personas se encuentren y se hagan mucho bien las unas a las otras, se abran a los demás y descubran que la amistad es lo que te sostiene al final del día, tener gente que te apoya y que haría cualquier cosa por ti es lo que más llena el corazón y te hace salir adelante. Y los michis, siempre, y cuantos más, mejor.

P.D.: Necesito ese pijama.

Ains, el amor. ¿No es maravilloso ese sentimiento que provoca y que hace que queramos pasar tiempo con el ser amado? Tomar de la patita a tu gato, sentir el suave tacto del chocolate sobre tus labios y dejar que el final boss de tu videojuego favorito te acelere el corazón. La santísima trinidad de todo lo que está bien en este mundo y, a su vez, las tres únicas pasiones en la vida de nuestra protagonista: Anzu Hoshino, una joven estudiante cuya pacífica rutina de instituto, hasta ahora completamente alejada de los chicos, dará un giro dramático cuando un extraño ser llamado Riri —o "la patata mágica petarda" para los amigos— convierta su existencia en una delirante espiral de apuestos hombretones, encuentros fortuitos y salseos varios. La fórmula clásica de tantos otros animes románticos reconvertida, gracias al peculiar carácter de Anzu y a su aversión al pasteleo, en una divertidísima y disparatada subversión de estereotipos que la llevarán a autoproclamarse, haciendo honor al título, como la temible asesina del romance.

Una genial vuelta de tuerca al género de la comedia romántica que, sin embargo, también deja hueco para tratar temas mucho más serios y complejos. Ya no solo por la ruptura total que Anzu supone con respecto al ideal de protagonista ingenua, sumisa y adorable que suele darse en este tipo de animes, sino, sobre todo, por su forma de abordar aspectos como el acoso, la toxicidad en las relaciones o el cómo las expectativas y la presión social pueden llegar a deformar la imagen que tenemos del amor. Y es que, si en algo brilla especialmente 'Romantic Killer', más allá de las tronchantes dinámicas entre Anzu y el resto de los personajes —las que mantiene con Riri son oro puro—, es en recalcar que tan reconfortante es el amor ofrecido por nuestra media naranja como, del mismo modo, el que seamos capaces de encontrar en amigos, familiares y en las pequeñas cosas que dan sentido a la vida. Sean gatos, videojuegos, chocolate o, sin lugar a dudas, series tan divertidas y recomendables como esta.

¿Estáis hartos de comedias románticas típicas con lugares comunes en las que no hay ningún tipo de sorpresa? ¿Hartos de chico conoce a chica, se enamoran a primera vista y son felices por siempre jamás? Pues si estáis cansados de todas estas historias que nos han metido en vena a lo largo de los años y buscáis algo diferente que os caliente el corazón, 'La asesina del romance' es la opción perfecta. Un anime de tan sólo doce episodios en los que no podrás parar de reír a carcajadas. Nuestra protagonista es Anzu, una adolescente obsesionada con el chocolate, los videojuegos y su gato (Anzu es una tía chulísima, señoras). Renegando por completo de las actividades que hacen sus amigos como salir o enamorarse cada día de un chico distinto, aparece en su vida un mago que es una especie de cupido para, literalmente, obligarla a enamorarse de alguien y salir de su encierro. Puede parecer un poco fuerte dicho de este modo, pero a veces todos necesitamos un empujoncito para darle una oportunidad al corazón. Debido al bajo índice de natalidad en Japón, el mundo mágico también está sufriendo y nuestro pequeño mago (que es bastante puñetero), se presentará en la vida de Anzu para ponerla patas arriba. Así pues, su vida termina convirtiéndose en una típica comedia romántica en la que se choca con un desconocido, las manos se rozan sin darse cuenta, se queda atrapada bajo la lluvia con el chico más popular de su instituto, retoma el contacto con un amigo de la infancia... situaciones clichés pero muy cómicas, ya que Anzu no quiere saber nada del amor y se rebela contra ese destino impuesto como si se tratase de una valkiria sin compasión.
Aunque parezca un anime muy vanilla y azucarado, sabe adoptar un tono serio cuando es necesario a la hora de tratar temas como las expectativas que los demás proyectan sobre ti o el acoso y las secuelas que este deja en tu ser.

Se trata de una serie de lo más cozy y una grata sorpresa en la que dejarte abrazar un poco por el cariño de tus amigos y el propio, que es el más importante de todos. Porque, a veces, tendemos a perder de vista que el amor verdadero también son los amigos que nos encontramos por el camino y que se acaban convirtiendo en la familia que escogemos. O simplemente, el amor verdadero somos nosotros mismos, haciendo de nuestra vida un lugar agradable en el que merezca la pena vivir.