Declaraciones de amor, entrevistas de trabajo, confesiones vitales... Está claro que hay infinidad de situaciones para las que nadie nace preparado y que, en la mayoría de los casos, podrían afrontarse mejor gracias a la experiencia. Esa es precisamente la premisa explotada por Nathan Fielder en 'The Rehearsal', una inclasificable propuesta televisiva a medio camino entre el falso documental, el drama existencial y la comedia más incómoda donde realidad y ficción se entrecruzan a niveles absolutamente demenciales. Nathan, acompañado de su peculiar sentido del humor, se dedica aquí a ayudar a personas a enfrentarse a momentos clave de sus vidas a base de ensayar conversaciones, anticipar reacciones inesperadas, replicar escenarios y, en definitiva, recrear simulaciones que les preparen para la llegada del evento real. Sin embargo, hay variables que ni la extrema minuciosidad de Nathan pueden controlar, y es que, a fin de cuentas, ni el imprevisible comportamiento del ser humano ni sus emociones pueden trasladarse a un mero diagrama de flujo.

Todo esto cobra una especial relevancia desde el punto de vista de un Nathan que, como él mismo reconoce, tiene serios problemas para empatizar con los demás y entender sus problemas a nivel emocional; razón por la que él mismo tiene que crear sus propios ensayos para así poder dirigir con éxito los ensayos ajenos. Las distintas capas de metarrealidad que alcanza el guion rozan la locura y, en cierto modo, sirven como una metafórica y maravillosa representación de lo absurdo que resulta el intentar controlar lo incontrolable mientras, a su vez, nos plantean algunos dilemas morales que se encargarán de destrozarnos la mente en cada capítulo. No es desde luego una serie fácil de asimilar, pero sin duda consigue su propósito de provocar, invitar a la reflexión y reflejar las infinitas e inabarcables posibilidades de esa caótica maraña de decisiones a la que llamamos vida. Una originalísima propuesta tan apasionante y disparatada como la propia existencia.