Una periodista estrella se muda a Alaska para comenzar de nuevo después de un paso en falso que acabó con su carrera, y encuentra la redención personal y profesional uniéndose a un periódico metropolitano diario en Anchorage.
¡Qué lejos queda Erin Brokovitch! Es una pena que una historia supuestamente real y portanto con un contenido y alcance dramáticos notables, sea convertida en una serie de once capítulos de "tarde y palomitas", donde el "buenismo" los estereotipos de toda especie y las actuaciones mediocres desvirtúan y ridiculizan los hechos reales. El guión es infame. La historia es inconsistente y llena de trampas. Los giros de guión no son giros, son traspiés. Los personajes son infantiles (aunque simpáticos), etc. Y al frente de un reparto de teatro de colegio encontramos a una Hillary Swank, cabreada con la vida misma y que va a descubrir lo bonito que es vivir en la naturaleza y lo buenos que son los nativos (mezcla incomprensible de inuits y aborígenes norteamericanos adaptados al frío), y que la vida de la gran capital es falsa e insufrible. Me pregunto si Hillary se ha creído en algún momento su personaje... Creo que merece la pena ver de nuevo a la Roberts en "Erin..." para comparar actuaciones, expresiones, registros dramáticos y capacidad expresiva. ¡Pobre Hillary! El papel de "Million Dollar Baby" le venía clavado y éste es un desastre. Claro que allí tenía al lado al enorme Eastwood... Bueno, se salvan los paisajes (faltaría más) y algún detalle. Resumen: Si no tienes otra cosa a mano y estas muy aburrido... pues pasa un rato distraído. Pero sin preguntas trascendentales, ¡eh! que eso es de otras series.
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