Críticas de A la caza de espíritus malignos

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Empleados de un restaurante de día, cazadores de demonios de noche. Ellos usan sus habilidades especiales para derrotar espíritus malignos que persiguen humanos.

RESEÑAS Y VALORACIONES DE A la caza de espíritus malignos

Crítico honorable
PTG 111
6.5 / 10
Sentimientos encontrados con 'A la caza de espíritus malignos'. Por un lado, es innegable que se trata de todo un divertimento repleto de momentos emocionantes y estimulantes, pero, por otro lado, es una serie bastante superficial en la mayoría de temas que toca y su final, proclamando aquí estamos para más temporadas, no ayuda al cerrar con poca contundencia una trama demasiado extendida, le sobran episodios.

Si bien la historia de cazadores de demonios para un espectador occidental no acostumbrado a este tipo de mitología o a los animes japoneses puede ser algo original, para los que llevamos años consumiendo es puro cliché, véase: persona protagonista privilegiado con algún poder especial que tiene un trauma que superar y cuenta con varios amigos que le apoyarán en su aventura. Esta es la definición básica de cualquier shonen.

Ese trauma que le da sentido a la peripecia principal, la pérdida prematura de los padres del protagonista, llega a resultar casi estúpida tras tanta repetición. Y ubicándose la trama en "salvar a mis padres" con tanta frecuencia que pareciera que el resto de vidas humanas en peligro tiene mucha menos importancia. Los personajes secundarios están más esbozados que desarrollados, esto es, todos tienen una función que se percibe desde el primer momento pero la mayoría de ellos no termina de tener profundidad más allá de su rol. Esto pasa con la historia de los dos personajes femeninos centrales que merecían, especialmente Ha-na, un mejor tratamiento en sus pesares. No tanto con nuestro amigo ex-policía que es la única excepción a este alegato.

Tras varios episodios iniciales interesantes y presentar lo que será el núcleo de esta historia, la temporada se hace bola repitiéndose cíclicamente en los mismos eventos hasta llegar a un final que, por poco contundente queda descafeinado. Y es emotivo, de hecho la serie se pasa de emotividad demasiadas veces y abraza el melodrama con frecuencia, pero tras 15 horas uno esperaría un combate final bastante más elaborado y emocionante. Eso sí, su factura técnica está muy lograda.

En definitiva, puede merecer la pena verlo pero no está a la altura deseable en su desarrollo, y que su final quede abierto a nuevas temporadas le hace perder el encanto que presenta la estructura típica de los kdramas, es decir, historias conclusas en una temporada y a otra cosa.

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