Crítica de Thor: Ragnarok por gjulo

Redactada: 2024-03-12
Cuando Thor se convierte en martillo... Dado que la fórmula funciona a toda velocidad (y que los acontecimientos de las futuras "Vengadores" tendrán sin duda un tono más dramático), MCU sigue adoptando un enfoque desenfadado e inyectando una ráfaga de humor a la saga de "Thor". Aunque Kenneth Brannagh consiguió, con algunas reservas, introducir a este superhéroe tan especial de la mitología nórdica en el universo Marvel, "Thor: el mundo oscuro" apenas convenció, intentando borrar un guión decepcionante tras un diluvio de efectos especiales. Como prueba, ¿quién se acuerda todavía del supervillano Malekith, ese pobre elfo negro borrado al instante por la astucia y el humor de Loki? El hermano de Thor fue sin duda el mayor acierto de la saga, convirtiéndose en uno de los antagonistas más llamativos del MCU e incluso instigando los acontecimientos de la primera reunión de los Vengadores. Al final, también fue junto a sus compañeros superhéroes donde Thor tuvo más oportunidades de brillar, aportando una dinámica diferente a su condición de dios nórdico, sobre todo en sus enfrentamientos con Hulk.
El director Taika Waititi ( "Lo que hacemos en las sombras") ha entendido claramente qué es lo que mejor se le da al personaje de Thor, y por eso reúne los mejores elementos de las anteriores películas de "Thor" y compañía (Loki, Hulk y un montón de nuevos personajes) para reproducir esta dinámica de un grupo de tipos duros con superpoderes que se enfrentan a una nueva amenaza. Evidentemente, todo esto no está muy alejado del espíritu de "Guardianes de la Galaxia" (sobre todo porque gran parte de "Ragnarok" transcurre en el espacio) y Taika Waititi, lejos de renegar de esta inspiración, va a jugar la carta del humor al máximo, con el trasfondo del espíritu ochentero que caracteriza a la franquicia de Peter Quill y sus compinches. Pero, demasiado, sin medias tintas... Retomando la historia de "Thor: el mundo oscuro" (Odín/Loki en el trono de Asgard) y "Los Vengadores 2" (Hulk en los confines del espacio), esta tercera entrega da su primer paso hacia la comedia. Desde el principio, esta tercera entrega hace su cambio de rumbo hacia horizontes cómicos presentándonos a un Thor que suelta un chiste tras otro ante un Surtur triunfante en una jubilosa escena introductoria (el clásico uso de una famosa canción de Led Zeppelin sigue surtiendo efecto) en la que el dios rubio hace maravillas visuales con su famoso martillo. Con la usurpación del trono por parte de Loki y el reencuentro con el verdadero Odín fuera del camino (una hilarante escena teatral y la esperada visita a otro futuro Vengador), es hora de que la nueva gran supervillana Hela, interpretada por Cate Blanchett, haga picadillo a Thor y Loki, dándolos por muertos en un planeta basura del universo, donde unos gladiadores callejeros entretienen al populacho en un coliseo futurista.... A partir de ahí, aunque a menudo nos riamos a carcajadas, "Thor: Ragnarok" adopta la forma de un continuo aluvión de chistes más o menos inspirados que minan el equilibrio de la película. La trama "seria" en torno a Hela vuelve a quedar confinada a la mínima expresión de la supervillana definida únicamente por su sed de destrucción (una pena, ya que Cate Blanchett está impresionante en el papel), mientras que los sucesos de Sakaar, mucho más ligeros y anecdóticos, priman en esta política de búsqueda de risas a toda costa. Además de luchar por gestionar estas transiciones de un mundo a otro, Waititi se mete en problemas al multiplicar el número de personajes y puntos de vista en una historia que seguramente no necesita tantos. Algunos de los recién llegados dejan su huella (excelente Tessa Thompson como la alcohólica Valquiria y, por supuesto, Jeff Goldblum como el Gran Maestro de Sakaar), pero al final la mayoría sirven de poco o, peor aún, molestan (mención especial a cierto gladiador hecho de piedra desmenuzable). Afortunadamente, como toda película Marvel que se precie, "Thor Ragnarok" es capaz de dejarnos boquiabiertos con algunas escenas de acción geniales (el enfrentamiento entre Thor y Hulk está a la altura de lo que promete y la parte final no decepciona con unas cuantas vueltas de tuerca) e incluso desarrolla un pequeño trasfondo no tan tonto sobre lo que define la naturaleza del pueblo. Hay, eso sí, una dicotomía visual bastante desconcertante entre, por ejemplo, los imaginarios decorados futuristas, repletos de logrados efectos especiales, y el uso de espantosos fondos verdes a la hora de filmar acantilados en Noruega (en serio, chicos, con un presupuesto así, ¿tan difícil puede ser filmar un puñetero acantilado de forma normal???). "Thor: Ragnarok" consigue hacernos olvidar la debilidad del opus anterior con su giro humorístico, pero al esforzarse demasiado por provocar la risa todo el tiempo, la película se esfuerza por convencernos en casi todo lo demás, y la transformación de su héroe, de pocas luces, en el rey de las bromas a veces parece demasiado radical para ser creíble (su cínico análisis de su relación con Loki es el ejemplo perfecto). Lo que queda es una Marvel divertida que sin duda sabe cómo montar un espectáculo, pero la fórmula tiende a mostrar sus verdaderos límites...
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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