Crítica de Millennium Actress por MrPenguin

Satoshi Kon siempre se refirió a sus dos primeras películas como dos caras de la misma moneda, mostrando cada una la oscuridad y la luz de una misma realidad. Así pues, al igual que ocurría en 'Perfect Blue', el director japonés vuelve a situar el escenario en el mundo del espectáculo para explorar los límites de la propia identidad y cómo esta puede verse afectada por el peso de la presión mediática, la búsqueda de los sueños inalcanzables o la dificultad para diferenciar lo que ocurre en un set de rodaje y lo que no. Para ello, Kon carga todo el peso de la película en su protagonista Chiyoko Fujiwara, una estrella de cine retirada cuyos recuerdos nos llevarán de la mano a través de su vida y de algunos de los eventos políticos, sociales y culturales más importantes de la historia de Japón.

Esa atrevida propuesta permite a 'Millennium Actress' convertirse en la obra con mayor potencia visual de la filmografía del director, que gracias a una fantástica y detallada animación nos sumerge en un pequeño rompecabezas donde pasado, presente, realidad y ficción se mezclan en un viaje a través del tiempo y las emociones. En ese sentido es menos enrevesada que 'Perfect Blue' o 'Paprika', pero, a cambio, Kon nos dejó el que seguramente sea el trabajo más personal de su carrera, un homenaje al cine (geniales los guiños a otros grandes como Kurosawa u Ozu), a los anhelos imposibles y a cómo el tiempo y los recuerdos moldean nuestra forma de ser y definen quiénes somos en el presente. Una historia de apenas hora y media para un viaje milenario dirigido por un director eterno. Muy recomendable.