Crítica de La Evasión por MrPenguin

No sé describir exactamente qué es, pero indudablemente hay algo mágico en esta película que la ha elevado a su estatus de obra de culto. Algo intangible, inmaterial; un aura especial que es capaz de mantenerte pegado a la pantalla mientras ves a un grupo de hombres picando un muro de hormigón durante minutos. Un drama carcelario diferente, de extrema minuciosidad y que desprende veracidad en cada uno de sus personajes. No en vano, el propio director Jacques Becker contó para el reparto —formado en parte por actores no profesionales— con Jean Keraudy, uno de los protagonistas de la verdadera fuga que sirvió de inspiración a la película. El realismo llevado hasta sus últimas consecuencias en una historia que prescinde de las elipsis narrativas casi en su totalidad, tomándose todo el tiempo necesario para mostrar cada acción del plan y optando por un tono cercano al documental para describir la huida de unos personajes de los que, además, nunca conoceremos su pasado ni los motivos que los llevaron a acabar en prisión.

La pregunta entonces está clara: ¿cómo una película tan austera y desapegada emocionalmente puede estar considerada como una obra maestra? Lo cierto es que es complicado de analizar, pero es muy posible que la clave resida precisamente en el hecho de que la historia se centre más en la fuga que en los propios protagonistas. Todos y cada uno de ellos son como la encarnación de un arquetipo clásico; la representación de una serie de valores universales —como la camaradería, el compañerismo o la solidaridad— con los que es fácil identificarse y que dan forma a unos personajes que logran transmitir todas sus preocupaciones. Los acompañaremos en cada uno de sus pasos, veremos cómo construyen cada herramienta y cómo nos hacen partícipes de sus nuevos progresos. De cada golpe en el suelo, de cada piedra arrancada, de cada metro recorrido. Una inmersión brutal para una película inolvidable, increíblemente absorbente y con un soberbio manejo de la tensión y el espacio. En 'La Evasión' es el propio espectador el que se evade, y eso, desde luego, no es poca cosa.