Redactada: 2023-08-30
Mientras abandonábamos la saga "Insidious" para volver la vista al pasado de su médium Elise con el fin de explorar nuevos casos de espíritus vengativos, esta quinta y probable última película opta por dar continuidad a los acontecimientos de "Insidious 2" trayendo de vuelta no sólo a los protagonistas de la familia Lambert en el corazón de la tormenta del díptico original sino también, y sobre todo, al antagonista sin el cual la franquicia probablemente no sería tan memorable (además del talento de James Wan en la dirección del debut): el demonio de cara roja de la primera película, de cuya posible reaparición se bromeaba hasta la sobredosis en cada episodio. Y como a James Wan, siempre productor, le gusta dar una oportunidad a sus colaboradores más cercanos dejándoles dar sus primeros pasos como directores en la franquicia (como fue el caso de su guionista Leigh Whannell en la tercera película), esta vez es el turno del actor Patrick Wilson tras la cámara para lo que se supone que será la apoteosis de la saga, y para cerrar de una vez por todas la puerta roja en la cara de este ser demoníaco perversamente apegado al hijo de su personaje. Nueve años después de borrar de su memoria sus experiencias astrales, Josh Lambert y su hijo mantienen una relación conflictiva debido al oscuro velo que comparten sobre sus recuerdos. Pero todo eso está a punto de cambiar cuando cierta puerta se abre en la mente de Dalton... Ante un detonante del pasado, algo parece querer despertar en forma de una vaga silueta cerca de Josh Lambert, pero no se revela. Al menos, no todavía, ya que el nuevo director utiliza esta complicidad para contarnos lo que más le interesará bajo el manto de la trama sobrenatural que se avecina: las devastadoras consecuencias de un trauma que un padre y un hijo han evitado. Algo en desacuerdo con los hábitos actuales del terror mainstream, donde la presencia de lo paranormal se habría señalado de forma mucho más rápida y contundente (sobre todo porque, en este caso, apenas se trata de un misterio), "Insidious 5" prefiere centrarse en el hecho de que esta relación ha sido destruida por la negativa a afrontar la realidad, para luego volver a ponerla ante los ojos de los dos sufridores, con la esperanza de que surja alguna forma de apaciguamiento ante la adversidad. Además de servir de contrapunto a lo que podríamos haber imaginado de otra "Insidious" en términos de ritmo frenético o profusión de efectos de todo tipo, este enfoque devuelve la película a simples fundamentos humanos y familiares , quizás incluso simplista a veces, dada la falta de originalidad que gobierna muy rápidamente esta relación padre-hijo , pero que, sin embargo, da sentido a los temas y consecuencias de las dos primeras obras, demostrando al mismo tiempo honrosas intenciones de insuflar una semblanza de alma a una secuela que tenía todo para estar desprovista de ella. En la forma en que plantea los retos, el resultado no evita la torpeza, especialmente cuando se desvía hacia un vínculo transgeneracional francamente inútil o introduce a un compañero de piso cuyo comportamiento es más que un poco improbable , pero "Insidious 5" tiene el mérito de dejar que el conflicto y el cuestionamiento de sus personajes perduren antes de que La puerta roja vuelva gradualmente a recordarles el pasado. De hecho, al igual que esta memoria recuperada gradualmente, las primeras manifestaciones de los residentes de los mundos intermedios se alimentan con bastante eficacia de nuestras expectativas de apariciones repentinas, Wilson prefiere establecer el ambiente de ciertas situaciones con el tiempo para jugar con nuestros nervios en cuanto a cuándo todo va a ir mal. Y, sin brillar ni innovar necesariamente en la materia, el proceso funciona... durante un tiempo. Porque sí, las buenas intenciones no necesariamente lo hacen todo, y en este caso, una película realmente buena.
Tan pronto como la historia se ve secuestrada por un giro mucho más frontal hacia lo sobrenatural, "Insidious 5" resulta por desgracia mucho menos intrigante, haciendo prácticamente todo lo que cabría esperar de ella, pero sin alcanzar nunca el garbo de la película original (o incluso de su primera secuela) que cita constantemente como modelo. Ya sea en términos de una resolución demasiado empalagosa, de nuevos reencuentros padre-hijo entre los muertos que no evitan ser fáciles , o de esperados guiños al pasado (con la excepción de cierto equipo de expertos, que siempre resultan muy divertidos) , la película sufre enormemente por su falta de sorpresas, luchando por mostrar sus mejores elementos en lo que desgraciadamente son finales muy predecibles. Empezando por lo que debía ser su espectáculo de fuegos artificiales: e l regreso de su espeluznante demonio de cara roja, lamentablemente sacrificado aquí en el altar de la repetición poco inspirada y mucho menos memorable de nuestro primer encuentro con él (tanto visualmente hablando como en el contexto utilizado, bien valía la pena tomarnos el pelo con él a lo largo de la franquicia para tan poco). Entrañable al principio por lo que Patrick Wilson intenta infundirle, luego mucho más rutinaria (e incluso, por desgracia, muy convencional) en el segundo, "Insidious 5" es un imperfecto pero honroso final para la franquicia.
Guion
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