Redactada: 2024-10-29
Cuarto largometraje de Pascal Laugier, "Ghostland" parece nutrirse de todo lo que ha hecho de su filmografía un éxito, en una especie de popurrí definitivo en el contexto de una obra de innegable fuerza radical.
Una madre y sus dos hijas son atacadas por unos desconocidos (el hombre que se siente mujer y el hombre que se siente niño y que se gusta jugar con muñecas, ambos sacados del circo de los horrores y no por sus sentimientos sino por su aspecto físico) cuando se instalan en la extraña casa de su tía muerta...
Para mantener el factor sorpresa en la medida de lo posible, lo dejaremos así para un argumento que parte del estilo de una invasión doméstica a toda prueba violenta y tan necesaria para los acontecimientos dramáticos que siguen. Sólo hay que tener en cuenta que el núcleo temático de "Martyrs" nunca está lejos, con la confrontación de la inocencia humana con un trauma que roza la locura más bárbara, y que la estructura narrativa que hizo de "El Hombre de las Sombras " toda una sorpresa parece estar calando en "Ghostland" (quizá el mayor defecto de la película, a pesar de todo su innegable ingenio), parece volver a aplicar una fórmula preestablecida de fingimiento que disminuye el impacto deseado en uno de sus giros principales por esperado -pero no en su contenido, seamos claros-, todavía hay que estar familiarizado con el universo del director para tener esta sensación, dicho esto) y, por último, un uso de algunos códigos sobrenaturales como eco lejano de su primer largometraje, "Saint-Ange".
Pero no se equivoquen, a pesar de su apariencia de crisol de lo mejor de la obra de Pascal Laugier, "Ghostland" encuentra su propia identidad. Nunca antes el director había hecho estallar en pantalla semejante dosis de rabia casi animal (recuerda incluso al enfoque excesivo de los agresores de Rob Zombie, aunque estén firmemente arraigados en la realidad), para establecer un contraste sorprendente con las fugas poéticas de su interior y subrayar el desvío de las imágenes infantiles hacia el horror visceral. Impulsada por una heroína cuya complejidad está destinada a fascinar (interpretada por Emilia Jones y Crystal Reed, esta última con un inquietante parecido a Jodelle Ferland en "El Hombre de las Sombras", como si fuera una descendiente más o menos consciente), "Ghostland" también se hizo esperar por la curiosa Mylène Farmer, que impresiona por su naturalidad en su papel de figura materna central en la trama.
Es difícil decir mucho más sin desvelar demasiado... En conclusión, sólo puedo aconsejaros que no os perdáis "Ghostland", magistralmente dirigida por Pascal Laugier, un cineasta al que sin duda merece la pena seguir. Aunque la película os va a dejar muy mal cuerpo.
Una madre y sus dos hijas son atacadas por unos desconocidos (el hombre que se siente mujer y el hombre que se siente niño y que se gusta jugar con muñecas, ambos sacados del circo de los horrores y no por sus sentimientos sino por su aspecto físico) cuando se instalan en la extraña casa de su tía muerta...
Para mantener el factor sorpresa en la medida de lo posible, lo dejaremos así para un argumento que parte del estilo de una invasión doméstica a toda prueba violenta y tan necesaria para los acontecimientos dramáticos que siguen. Sólo hay que tener en cuenta que el núcleo temático de "Martyrs" nunca está lejos, con la confrontación de la inocencia humana con un trauma que roza la locura más bárbara, y que la estructura narrativa que hizo de "El Hombre de las Sombras " toda una sorpresa parece estar calando en "Ghostland" (quizá el mayor defecto de la película, a pesar de todo su innegable ingenio), parece volver a aplicar una fórmula preestablecida de fingimiento que disminuye el impacto deseado en uno de sus giros principales por esperado -pero no en su contenido, seamos claros-, todavía hay que estar familiarizado con el universo del director para tener esta sensación, dicho esto) y, por último, un uso de algunos códigos sobrenaturales como eco lejano de su primer largometraje, "Saint-Ange".
Pero no se equivoquen, a pesar de su apariencia de crisol de lo mejor de la obra de Pascal Laugier, "Ghostland" encuentra su propia identidad. Nunca antes el director había hecho estallar en pantalla semejante dosis de rabia casi animal (recuerda incluso al enfoque excesivo de los agresores de Rob Zombie, aunque estén firmemente arraigados en la realidad), para establecer un contraste sorprendente con las fugas poéticas de su interior y subrayar el desvío de las imágenes infantiles hacia el horror visceral. Impulsada por una heroína cuya complejidad está destinada a fascinar (interpretada por Emilia Jones y Crystal Reed, esta última con un inquietante parecido a Jodelle Ferland en "El Hombre de las Sombras", como si fuera una descendiente más o menos consciente), "Ghostland" también se hizo esperar por la curiosa Mylène Farmer, que impresiona por su naturalidad en su papel de figura materna central en la trama.
Es difícil decir mucho más sin desvelar demasiado... En conclusión, sólo puedo aconsejaros que no os perdáis "Ghostland", magistralmente dirigida por Pascal Laugier, un cineasta al que sin duda merece la pena seguir. Aunque la película os va a dejar muy mal cuerpo.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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