Crítica de El televisor por MrPenguin
Y, más allá del propio ensimismamiento de Enrique, lo cierto es que detrás de esta historia se esconden varias lecturas interesantes como, por ejemplo, su visión profética y atemporal acerca de la capacidad de las pantallas para atraparnos durante horas o, lo que es más importante, la mordaz radiografía social de la España franquista que se escondía tras su fachada. Enrique es la representación de la época del buen español: trabajador, sumiso, religioso y sin apenas tiempo libre. La televisión llega a su vida como símbolo de progreso, como una ventana hacia nuevos mundos nunca antes imaginados. A su vez, los efectos alienantes y narcóticos de este nuevo medio convertirán su distracción en evasión, en una forma de adormecer su consciencia y alejarlo de la realidad de aquella España de 1974.
Algún detalle ha podido quedar anticuado, pero sigue resultando sorprendente lo bien que se adapta a la actualidad su representación del poder lobotomizador de los medios. Y eso que entonces todavía no existía el 'Sálvame Deluxe'.
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