Crítica de Dirty Dancing por gjulo
Redactada: 2023-03-29
Dirty Dancing se ha convertido en una película de culto, un título que cuando lo oyes te lleva a la nostalgia y que es un éxito en sí mismo cada vez que se emite por televisión. Y, sin embargo: ¿quién podía creerlo en aquella época? Los actores no eran muy conocidos y el presupuesto era muy ajustado (5 millones de dólares). Pero, ¿qué hizo de Dirty Dancing un éxito mundial? Bastó con elegir una banda sonora extraordinaria, reclutar bailarines muy buenos, integrar un romance aparentemente imposible entre dos personajes a los que todo se opone, y luego saber filmar, tomándose su tiempo para desarrollar la psicología y la evolución de los personajes. En cuanto a los dos primeros puntos, creo que podemos decir que "Dirty Dancing" no sería lo que es sin su banda sonora y sus grandes actores. Del mismo modo que la banda sonora no sería lo que es sin la película. Por supuesto, soy consciente de que la última frase puede ser un poco fuerte, simplemente porque la banda sonora por sí sola es excepcional. La prueba está en que esta banda sonora es una de las más vendidas del mundo. Y además... para todos aquellos que hayan visto el largometraje de Emile Ardolino, es imposible que no les vengan a la mente las imágenes desde las primeras notas de "She's like the wind" (de la que es autor e intérprete el propio Patrick Swayze) o "The time of my life" (inolvidable dueto compuesto por Bill Medley y Jennifer Warnes). "Dirty Dancing" también debe su éxito al hecho de que cualquiera puede identificarse con los personajes. En un escenario bastante simple, el plantel de personajes es bastante amplio, gracias a que los distintos personajes proceden de entornos muy diferentes. Así, tenemos esta pequeña y simpática familia, compuesta por el Dr. Houseman (Jerry Orbach), su esposa Marjorie (Kelly Bishop) y sus hijas Frances (Jennifer Grey) y Lisa (Jane Brucker). Sólo en esta familia, los personajes ya son diferentes entre sí: de acuerdo con el fuerte vínculo que le une a su hija, el padre quiere lo mejor para su hija, y esto se consigue mediante una educación estricta y rígida. La madre está en un segundo plano, pero observa, y cuando por fin se decide a hablar... ¡No tiene pelos en la lengua! Frances (Baby) es precisamente el tipo de niña sobreprotegida, con una psicología ligeramente ingenua y unos ojos infantiles deseosos de descubrir el mundo. En cuanto a la hermana, es la encarnación de los celos. Los cuatro interpretan sus papeles de maravilla, aunque a veces te dan ganas de sacudir al doctor para hacerle ver las cosas claras. A pesar de la posición social que ocupa la familia Houseman, van a alojarse en una ciudad de vacaciones donde las actividades son abundantes y el dinero debe fluir sin importar los medios. Así que tenemos que lidiar con un personal con una postura rebuscada, y algunos chicos malos dentro de los animadores. Me refiero, por supuesto, a Johnny Castle (Patrick Swayze), cuyo porte chulesco destaca entre el resto del personal en su primera aparición en pantalla. Una especie de anacronismo que despierta la curiosidad, a la que sucumbirá Baby. Eso es todo lo que se necesita para dar comienzo a lo que se convertirá en una película inolvidable. En efecto, mientras bate el tempo de las canciones más pegadizas con el pie como un metrónomo, el espectador se ve, a su pesar, inmerso en su historia, gracias a la cámara intimista de Emile Ardolino, sometido por una fotografía muy agradable. Por no hablar del hecho de que el director se detiene en escenas en solitario, como aquella en la que vemos a Baby ensayando pasos de baile sobre un pequeño puente de madera... La escena final lo demuestra, que Baby sabe bailar, aunque en algunos movimientos mantenga cierta rigidez (el balanceo de la cabeza de un lado a otro), que le impide estar al nivel de Cynthia Rhodes en el papel de Penny. Pero cuando se sabe bailar, no es fácil interpretar a alguien que no sabe bailar y tiene que aprender. No es fácil negar (ni siquiera temporalmente) lo que se ha aprendido durante largas horas de entrenamiento a lo largo de muchos meses o incluso años. También hay que tener en cuenta que era diez años mayor que su personaje, y eso hay que confundirlo con su pequeña estatura (1,60 m) y su interpretación, que juega a la perfección con la torpeza y la embriaguez del amor loco, a menudo reconocible en los adolescentes. Quienes descubrieron tarde al difunto Patrick Swayze se sorprenderán al comprobar lo buen bailarín que era. En realidad, era un artista consumado, primero como bailarín, luego como actor y más tarde como escritor, compositor e intérprete. Uno se pregunta por qué no aprovechó (¿o no pudo?) más su talento. Aún así, hace una bonita pareja con Jennifer Grey, aunque los bailes con Cynthia Rhodes tienen más calidad. En conclusión, "Dirty Dancing" se ha convertido en una película de culto, una película que despertará recuerdos para algunos, e inspirará en muchos de nosotros una dulce y agradable nostalgia.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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