Un arquitecto workaholic consigue un mando a distancia mágico que le permite pausar, adelantar y rebobinar su vida. Al principio lo usa para cosas graciosas, silenciar al perro, pausar a su jefe para pegarle, adelantar las discusiones con su mujer... Las típicas chorradas que esperas.
Pero luego la cosa se pone seria. El mando empieza a adelantar automáticamente los momentos "aburridos" de su vida, y de repente se ha perdido años enteros. Sus hijos han crecido, su padre ha muerto, su matrimonio se ha roto... y él no estaba presente para nada de eso porque siempre estaba "avanzando" hacia el siguiente objetivo profesional. La escena con su padre en el final me destrozó. Henry Winkler está increíble y el mensaje de "deja de correr hacia el futuro y vive el presente" te llega aunque sea un poco obvio.
¿Es una obra maestra? No. Tiene humor de pedos y chistes fáciles de sobra. Pero tiene corazón, y eso ya es más de lo que esperas de una peli con David Hasselhoff haciendo de jefe insoportable.
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