Crítica de 2 Fast 2 Furious: A todo gas 2 por Obscuritas
Redactada: 2021-06-29
A día de hoy resulta extraño concebir la saga Fast & Furious sin Toretto, ya que Vin Diesel no sólo es la imagen principal de estas películas, sino que también es quien ha conseguido llevar la saga hasta donde está y quien se encarga de todo. Pues aquí tenemos que extrañar a Toretto, pero al menos tenemos a Brian como conexión con la primera, y además lo encontramos más o menos donde lo dejamos, echando carreras entre coches tuneados y chicas ligeras de ropa.
Cuando tiene que infiltrarse para llevar a cabo un caso que le encarga la policía, un caso muy relacionado con el mundo de los coches que tanto le gusta pero también con la mafia, Brian decide ir a buscar a un personaje que aquí resulta bastante cargante pero sin el que la saga tampoco sería lo mismo a día de hoy, el gran Roman Pearce, el punto más cómico de esta película y también de las siguientes, y con el que parece tener un pasado que no terminó demasiado bien, pero que no tarda en aceptar la colaboración si puede llevarse un buen pellizco.
Aparte de los dos protagonistas, también tenemos a Eva Mendes como una agente que hará todo lo posible por ayudarles y que no deja de ser el típico personaje femenino al que al final tienen que rescatar y con sus dosis de romance. El malo, por su parte, es un mafioso al que es mejor no tocar las narices y al que las traiciones le gustan bastante poco, llegando a utilizar ciertas técnicas de interrogación bastante poco sutiles. También aparece aquí el personaje de Ludacris, pero resulta increíble pensar en lo que se llega a convertir teniendo en cuenta a lo que se dedica y cómo es en esta película, una evolución muy sacada de la manga que no tiene ni pies ni cabeza.
Aquí al menos se mantienen las carreras, incluso hay más y más coches tuneados que en la primera, aunque resulta algo más floja, pero por lo menos mantiene la esencia de lo que era Fast & Furious en sus orígenes antes de volverse una auténtica locura, y como película de acción cumple más que de sobra.
Cuando tiene que infiltrarse para llevar a cabo un caso que le encarga la policía, un caso muy relacionado con el mundo de los coches que tanto le gusta pero también con la mafia, Brian decide ir a buscar a un personaje que aquí resulta bastante cargante pero sin el que la saga tampoco sería lo mismo a día de hoy, el gran Roman Pearce, el punto más cómico de esta película y también de las siguientes, y con el que parece tener un pasado que no terminó demasiado bien, pero que no tarda en aceptar la colaboración si puede llevarse un buen pellizco.
Aparte de los dos protagonistas, también tenemos a Eva Mendes como una agente que hará todo lo posible por ayudarles y que no deja de ser el típico personaje femenino al que al final tienen que rescatar y con sus dosis de romance. El malo, por su parte, es un mafioso al que es mejor no tocar las narices y al que las traiciones le gustan bastante poco, llegando a utilizar ciertas técnicas de interrogación bastante poco sutiles. También aparece aquí el personaje de Ludacris, pero resulta increíble pensar en lo que se llega a convertir teniendo en cuenta a lo que se dedica y cómo es en esta película, una evolución muy sacada de la manga que no tiene ni pies ni cabeza.
Aquí al menos se mantienen las carreras, incluso hay más y más coches tuneados que en la primera, aunque resulta algo más floja, pero por lo menos mantiene la esencia de lo que era Fast & Furious en sus orígenes antes de volverse una auténtica locura, y como película de acción cumple más que de sobra.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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