Críticas de ¿Quién engañó a Roger Rabbit?

Otra más de las películas que se quedaron sin poder hacer más, que por los derechos no se llegaron a acuerdos para continuar haciendo más partes!

Una película muy divertida que parodia las historias de cine negro de los años 40 (donde una investigación menor siempre se complicaba) con la presencia de un detective, una mujer fatal, un asesinato...

Y mezcla muy bien el mundo real con la animación, es uno de los mejores resultados en este tipo de creaciones. Y la única película que reúne juntos a los dibujos animados de las grandes productoras.

Destaca el personaje de Jessica Rabbit ('Yo no soy mala, es que me han dibujado así'), toda una mujer fatal, combinación de actrices míticas, que roba todas las escenas. También me pareció adorable la aparición de Betty Boop.

No era la primera película en combinar animación con acción real ni, por supuesto, sería la última, pero, desde luego, supo cómo ganarse un hueco entre los títulos más emblemáticos de ambos géneros. '¿Quién engañó a Roger Rabbit?' llegaba como un soplo de aire fresco dentro de la, por aquel entonces, incierta industria de la animación estadounidense, invitándonos a un viaje por la Edad Dorada de un Hollywood alternativo en el que los dibujos, ya perteneciesen a Disney, a Warner o a otros grandes estudios del momento, estaban totalmente integrados en el mundo real. La fantástica ambientación de los años 40, a menudo ligados al apogeo del séptimo arte, permitía que la película realizase su particular homenaje al cine negro a base de tomar sus códigos, deconstruirlos y pasarlos por el filtro de parodia disparatada que solo la animación podía conseguir. Contaba con el tono turbio de las historias clásicas de detectives y, al mismo tiempo, con la locura desatada de los dibujos. Lo mejor de dos mundos conjugados en uno solo.

El resultado, más allá de la virguería técnica que sigue siendo en la actualidad, es una película realmente trepidante que funciona igual de bien tanto como un sketch largo de los Looney Tunes que como cine detectivesco. La enorme plasticidad que los personajes animados infunden al aspecto cómico, así como a las endiabladas secuencias de acción firmadas por un Robert Zemeckis en estado de gracia, encaja a la perfección con el desarrollo narrativo de una historia en la que es complicado encontrar un instante para el aburrimiento. Todo fluye con gran dinamismo a lo largo de este sórdido relato noir, aupado casi a carta de amor al género, donde no faltarán los asesinatos, las traiciones ni las buenas dosis de humor adulto. Divertidísima propuesta para una película en la que Roger Rabbit fue engañado mientras todos nosotros, ajenos todavía a lo que íbamos a presenciar, éramos sorprendidos por una de las cintas más gamberras, irreverentes y creativas de todo el cine de animación ochentero. Clasicazo absoluto.