Críticas de El color púrpura

Es muy difícil establecer un ranking con las mejores películas de Spielberg, pero, sin entrar en qué lugar, El color púrpura estaría entre ellas. Divertida, tierna, emotiva, conmovedora son adjetivos que se ajustan a la perfección a esta epopeya que habrá quedado en la retina de todo aquel que la haya visto. Un trozo de la historia de la humanidad contada a través de los ojos de las personas que no escriben la historia, pero que la conforman. Genial.

Mi crítica puede ir en contra de la opinión mayoritaria, pero a mí me gustan los buenos dramas, y he de reconocer que si bien "El color púrpura" es una buena película, no me ha terminado de encantar.

El principal problema que yo he notado en esta película es el hilo narrativo, los saltos pueden hacer que te pierdas un poco o que desconectes del momento. Hay determinadas escenas que no he podido seguir bien del todo debido a esos saltos repentinos.

No negaré que hay ciertos momentos que te tocan por dentro y emocionan, pero el conjunto no me deja tan contento como cabría esperar.

También puede ser que en 1985 esta película marcase bastante fuerte a la gente por no haber visto antes algo así. Sin embargo, a día de hoy hay bastantes películas de este género y con temática parecida en cuanto al racismo, maltrato y discriminación hacia los negros. Así como relativas a la época de la esclavitud.Quizás también por eso no me sorprende tanto la película.

Conclusión: Interesante película, con momentos de resplandor pero con un ritmo que lastra la experiencia.

El color púrpura es la décima película de Steven Spielberg. Realizada después de Indiana Jones y el templo maldito, esta película marca un nuevo rumbo en la filmografía del director. La primera película "adulta" de Steven Spielberg también tuvo que soportar el prejuicio de que un cineasta blanco y judío no tenía derecho a hacer una película que tratara casi exclusivamente de personajes negros, aunque se hiciera con talento y total respeto (olvidando que Spielberg había sido elegido por Quincy Jones, que es coproductor aquí, y que Alice Walker, la autora de la novela de 1982, aprobaba esta elección). Con este cambio radical de rumbo en la carrera del director (los títulos de crédito iniciales, sin música y sólo con el débil sonido del campo de fondo, dejan claro desde los primeros segundos que se trata de una película más intimista y menos espectacular que las habituales de Spielberg), Spielberg cuenta de forma discreta pero totalmente magistral la historia de un hombre cuya vida y obra están en plena ebullición. Una historia de dos hermanas, Célie y Nettie, de una familia negra durante primera mitad del siglo XX en el sur de Estados Unidos. El color púrpura se revela como una obra realmente espléndida. La sobrecogedora trama de esta película atrapa al espectador desde el principio. Una historia fascinante basada en una novela emblemática de la comunidad afroamericana, con un equilibrio perfecto entre drama y numerosos momentos cómicos que evitan ser excesivamente melodramáticos. Spielberg ha creado un suspense insostenible en algunos momentos, por ejemplo durante las escenas en las que el personaje de Danny Glover, Albert, tiene que ser afeitado por Célie, interpretada por la magnífica Whoopi Goldberg, que tiene ganas de degollarlo en el acto. La cinta se apoya en un reparto excelente, que incluía a los recién llegados a la pantalla, por aquel entonces, Whoopi Goldberg, Danny Glover, Margaret Avery y una increíble Oprah Winfrey (sí, la famosa presentadora que deseaba más que nada participar en la película). Es más, además de su papel como coproductor, Quincy Jones compuso una magnífica banda sonora con toques de John Williams (al fin y al cabo el cineasta tiene una gran influencia en la música de sus películas) y que ofrece algunas buenas canciones para los escasos momentos musicales de la película, entre ellas la sublime Miss Celie's blues (Sister) coescrita por Rod Temperton (el autor de la canción Thriller de Michael Jackson, del fenomenal éxito del álbum del mismo nombre producido por Quincy Jones) y Lionel Ritchie (que ganó el Oscar a la mejor canción original por Say You, Say Me in Night Sun por este tema). El color púrpura es, por tanto, un diamante en bruto, llena de emoción y belleza, que fue injustamente despreciada en su momento (tanto por la crítica, como con sus once nominaciones a los Oscar, no obtuvo ninguna), a pesar de ser un gran éxito comercial (casi 100 millones de dólares de recaudación con un presupuesto de 15 millones), pero que fue asentando la idea de que Steven Spielberg podía abordar un tipo de cine distinto al puro entretenimiento. Un esplendor que merece la pena redescubrir.