Me puse a ver esta película por error; recordaba una escena que vi en mi infancia en la que un niño era testigo de un crimen y por la sinopsis pensé que podía ser esta (en realidad he descubierto que se trata de Witness), y la verdad es que ha sido una suerte esta equivocación, porque me ha encantado este film.

Supongo que la clave para que me guste tanto es que el protagonista sea un niño; no solo es fácil crear una tensión que no sentirías con un adulto, sino que a veces cosas que hace que no tienen mucho sentido y sirven para alargar la trama no parecen elementos mal hechos para alargar la trama.

Aunque el resto de personajes tampoco se quedan atrás, quien más quien menos, todos los actores hacen un papelazo y, aunque su papel sea muy secundario, puedes notar capas en su personalidad por su manera de interactuar (en especial con Mark).

La trama básica es muy simple, con el clásico mafioso contra el que hay que testificar y este intenta eliminar al testigo, pero con el giro de que Mark no ha sido testigo de este crimen, sino de un suicidio que tiene relación con dicho crimen.

Además, gracias a que es un thriller jurídico, la «acción» tiene lugar principalmente en despachos y tribunales; evitando así escenas de persecuciones por parte de los criminales en las que sabes que el protagonista no está en peligro real. Aun con ello también tendremos de estas y logran ser también tensas por la manera en la que se presentan.

Tal vez si eres muy fan de los dramas legales este se quede un poco corto, porque no se centra tanto en esto, sino más en cómo vive Mark los hechos de los que ha sido testigo; cómo es su relación con su familia y con su abogada Reggie, el miedo que siente ante la amenaza a su vida y a las de su madre y hermano si decide decir la verdad...

En definitiva, es una película muy completa que tiene varios elementos buenos de los géneros que la componen, pero no tantos de los malos.

Es buena, me ha gustado como se ha ido desarrollando, aunque hubo algún rato que se me hizo lenta.Destacaría la actuación de Sunsan Sarandon y el joven Brad Renfro.

La emoción de las películas de juicios, más cuando el principal testigo nadie le cree puesto que es un niño, buena película!