Basada en un hecho real, cuenta la historia de la surfista Bethany Hamilton quién tras perder un brazo tras el ataque de un tiburón gracias a su coraje no sólo volvió a competir, sino que además se volvió a proclamar campeona.
El dinero de Rip Curl junto a la iglesia evangélica baptista cristiana del 5º advenimiento de nuestro señor el altísimo, secuestraron una historia que había que hacer, pero no así.
Seguro que Bethany, la de verdad, es muy religiosa, y no digo que le viniera mal para superar semejante calvario pero a la película le sienta fatal, es excesivo. Me había resistido mucho a verla, aunque me la habían recomendado por mi pasión por el surf, y había hecho bien hasta hoy. Me alegro de haber visto algunas imágenes preciosas pero para eso hay videos de competiciones, aunque agradezco que al menos eso me lo hayan respetado, la elección de canciones también me ha gustado en especial el Underdog de Kasabian, buen momento. Pero lo que me esperaba, el exceso de dramatismo, la historia de superación forzada, y lo previsible de cada secuencia... pasan por encima de la especial historia de Bethany Hamilton para dejarla en nada, en película de sobremesa.
Aguantad hasta el final que sale Alana Blanchard, la de verdad, pero películas de surf, las hay mejores
Es una película bastante tranquila, a pesar del drama que tiene la historia. Vemos como la protagonista, a pesar del suceso, sigue luchando por su sueño y no le frena nada. Es una historia de esfuerzo y superación, que el saber que está basada en hechos reales da el punto perfecto para querer ver el film hasta el final.
Es buena para pasar el rato, pero no esperes nada más allá de lo que se lee en la sinopsis.
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