Críticas de Mañana...

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«Mañana ...» es la salida que buscan para engañarse a sí mismos quienes sienten la impotencia, la cobardía de afrontar cara a cara su circunstancia en la vida. También dijo «Mañana lo haré...» don Felipito, el hombrecillo que llevaba sobre sus espaldas un fracaso que él mismo se había atribuido. Porque jamás tuvo la decisión de medir sus fuerzas de autor frente a los editores y se impuso la vida de digno menesteroso a quien nadie hacía caso. Porque no supo convertir en industria de pedigüeño su necesidad. Como también perdió su ocasión el pacífico Silvestre, vigilante de una fábrica de galletas, quien sintiendo la vocación de la música, jamás quiso romper el cerco de la obligación cotidiana. Estos y otros personajes se enfrentan en la película a ese vacío existencial, a esa falta de consecuencia vital que los ha dejado postrados.

1957
60 min
Drama

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Mañana...

7 / 10
Mañana...
Si estás en cierto momento de vacío existencial, te encuentras por azar en tv con esta película española de 1957 y por la forma en que se muestra alguna escena, notas que conectará contigo, es probable que sea así.

No estamos ante una de las más famosas, ni es de esas comedias al uso, ni esos dramas de relumbrón, es.. diferente.. emotiva si ese punto profundo que tiene, te llega. Tiene un estilo costumbrista, clásico pero a la vez moderno para la época, recordemos que es el año 57 y algunas cosas, la censura estaba ahí y recortó aproximadamente veinte minutos, que yo en la versión restaurada, noto tal vez, por diferencia de montaje y de algún micro de doblaje. Consta de cuatro episodios separados, personajes que tienen sus problemas vitales y que siempre esperan ese "mañana" para cambiar y hacer lo que provocará un cambio en sus vidas.. tal vez. Como hilo conductor tendremos al actor José María Rodero como narrador visible enlazando dichas historias que, no por ser sencillas, no tienen su carga de profundidad cada una de ellas. Un Payaso que quiere hacer reír pero que no lo consigue, un vigilante de seguridad amante de la música, un pobre vendedor de peines y una pareja que pasa una noche dando vueltas de manera bonita, clásica, blanca, poética y tierna en esas calles de Barcelona de la época.

Para mi, uno de esos descubrimientos que normalmente, si no es por el azar, nunca hubiera visto, pero que llegada en el momento adecuado, le reconozco un gran mérito melancólico con una fotografía bien realizada y una dirección audaz, precursora de la Escuela de Barcelona.

Procrastinadores... echadle un ojo, el resto, si tenéis un espíritu bohemio y no receláis de que sea de esa época y esa inocencia, la podréis disfrutar.

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