Una adolescente con problemas, que lucha por hacer frente a la muerte accidental de su padre, sospecha que el misterioso asesino que acecha en su ciudad natal, no es solo su vecino, sino el nuevo interés romántico de su madre.
Mark Hartley dirige esta película que resulta ser una versión adolescente de “La ventana indiscreta”. La trama es correcta en líneas generales. Hay muchas cosas de esta “Chica en la ventana” no todo está muy bien manejada, como la paranoia, en la que la protagonista se excede a pesar de que sabemos que está pasando algo. Llega un punto en el que piensas que quizás el autor nos está tomando el pelo y que nunca hubo ningún asesinato. Los diálogos no son muy buenos, las reacciones de los personajes no siempre son coherentes, y hay algunas incoherencias bastante grandes (como el hecho de que el asesino tome prestado el camión del vecino sin que éste se dé cuenta por ejemplo, pero hay muchas más) ... y luego a veces da un giro bastante interesante, que nos sorprende. Lo mismo ocurre con la dirección, donde lo bueno se codea descaradamente con lo malo, y nos sorprende ver unos efectos de montaje precisos y eficaces y luego una flojera total o un cúmulo de malas ideas en la siguiente escena. Los actores cumplen su cometido. La fotografía es un poco plana y da la impresión de estar viendo un telefilme. Para pasar el rato.
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