Me ha parecido una película muy de reflexionar y de observar cambios en las prioridades de los personajes.
Antes de entrar en materia, decir que David Thewlis (Peter) ha estado muy bien, al igual que Brad Pitt (Heinrich Harrer), eso sí, el rostro, el aspecto de este es como poco destacable, sobresale continuamente.
Una de las primeras reflexiones que podemos observar es lo "malo" que es tener tanto tiempo para reflexionar, porque nos cuestionamos cosas. En este caso lo que ha dejado en casa . De igual manera, en este mundo de ritmo frenético en el que vivimos, apenas nos preocupamos en parar para reflexionar, no nos permitimos tener esos momentos para pensar sobre lo que nos preocupa, sobre lo que tiene importancia, y a qué debemos dar prioridad.
Otra reflexión. Cuando a los protagonistas les dicen que los extranjeros no pueden entrar en el Tíbet es racismo, pero no se le da importancia, si la situación fuera al revés, tacharían a ambos de nazis, aún más si cabe, teniendo en cuenta el contexto de la película.
Evolución de Heinrich (Brad Pitt). Empieza siendo orgulloso, egocéntrico. Pero primero cambia por la situación en la que se haya, después, por la relación que tiene con su compañero, en especial por el asunto del reloj , y por último por el cambio de la cultura en la que se haya.
Ligado en cierto modo a este asunto, tenemos el pique entre los dos protagonistas por el amor de una mujer. Vemos distintos modos de ser, uno histriónico y buscando ser el centro de atención, y el otro siendo atento con la otra persona.
Por último, destacar el anhelo del personaje interpretado por Brad Pitt, el anhelo de ser padre, de algo que perdió hace tiempo.
Por remarcar también algo importante en la historia, es interesante el conflicto con la todopoderosa China.
En resumen, una peli interesante, de pararte a pensar, algo lenta quizás, con menos acción de la esperada, pero que está muy bien. Le he dado un 6.5, le habría dado más, un 6.8 al menos, pero no creo que se merezca el 7.
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