Después de la revisión de Dude, where's my car? veinte años después de su primer visionado podría caer en la tentación de modificar la valoración que hice en su día basándome en el recuerdo que tenía de ella, pero creo que no sería justo ni procedente, así que le mantendré, pese a que ahora mi opinión sea otra, el aseado 6 que le "casqué" en su momento.
Sin embargo, no me resisto a hacer una reflexión sobre lo decisivo que es el contexto en el que se realiza un filme para poder juzgarlo e, igualmente, el momento personal (edad, época, estado de ánimo, situación) del espectador. Parece mentira, pero andaba yo por la treintena cuando vi este filme, instalado dentro de la corriente de comedia absurda o disparatada (empezando por el momento en el que nos aseguran que está basado en hechos reales). En ese momento me pareció una comedia divertida, gamberra, intrascendente, ideal para verla en un ciclo con otras como "dos colgados muy fumados", "Jay y bob.." "Wayne's World" o "Napoleon Dinamite", entre otras muchas que, en aquellos primeros años del siglo, ofrecían continuidad a las comedias "universitarias" de los ochenta y noventa. Los hermanos Farrely, Kevin Smith o, posteriormente, Apatow fueron la cara más aceptada de esta nueva comedia disparatada, pero Danny Leiner, director de ésta y de "Dos colgados muy fumados" dejó su impronta en el género.
Sin embargo, como dice Sabina, "al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver" y hay que tener presente siempre que no estamos ante buenas películas, sino ante productos coyunturales que son capaces de hacer de sus defectos, virtudes temporales pero que, en cuanto la sociedad que las recoge (o el espectador individualmente) evoluciona y empieza a reírse de otras cosas acaban por perder su sentido.
Sinceramente, no sé cómo enfrentará el film un veinteañero que no haya oído hablar de esta película, tal vez se ría tanto como yo lo hice en su día, pero, para todos aquellos que ya la vieron, deciros que ya echasteis con ella todas las risas que teníais que echar y que mejor dejarla dormir el sueño de los justos.
Valoraciones en tu crítica: