Críticas de El puente sobre el río Kwai

'El puente sobre el río Kwai' es una súper producción que cuenta con una magistral dirección de Lean. Visualmente es un espectáculo, rezuma belleza y es muy entretenida. La única pega que le puedo poner es su final, y es que no me ha terminado de gustar su resolución.

Aún con este matiz, el resto de la producción es magnífica y nos deja planos inolvidables y preciosos, por lo que todo un MUST para cualquier cinéfilo.

Solo por la escena del grupo de presos marchando entrando en el campo de prisioneros, merece la pena verla. Una escena histórica del cine.

Ganadora de 7 premios Óscar —incluyendo Mejor Película y Director—, 'El puente sobre el río Kwai' es, sin lugar a dudas, una de las obras más importantes dentro de la filmografía del gran David Lean y uno de los títulos más emblemáticos del cine bélico y de aventuras. La película, inspirada en la novela homónima de Pierre Boulle (parcialmente basada a su vez en hechos reales), sigue la historia de un grupo de cautivos británicos que, tras llegar a un campo de prisioneros japonés durante la Segunda Guerra Mundial, son obligados a construir un puente sobre el río Kwai para unir la línea de ferrocarril entre Birmania y Siam. El orgullo de los británicos, bajo el mando del coronel Nicholson —un genial Alec Guiness que también se llevó un Óscar—, chocará de manera irremediable con el estoicismo de los japoneses —comandados por el no menos orgulloso coronel Saito—, creando así una apasionante batalla psicológica y dialéctica que logra aunar drama y toques de comedia de una manera magistral.

Por supuesto, 'El puente sobre el río Kwai' es, ante todo, un film antibélico, y eso es algo que se hace patente a través de la ironía con la que la película lanza una crítica hacia la arrogancia de ciertos oficiales, a los sinsentidos de la guerra e incluso a la facilidad con la que el ego puede mover los intereses de una persona. Esto se evidencia en la curiosa situación en la que se encuentra Nicholson, quien se debate entre negarse a construir el puente y quedar como un héroe frente a sus hombres o construirlo en un tiempo récord y humillar a unos japoneses que por sí solos no serían capaces de levantarlo para la fecha límite. Convertido así en un símbolo de moral y dignidad, el puente obsesionará a ambos bandos hasta guiarlos a un desenlace que, aun siendo el punto más débil de la película (el libro acaba de otra manera), no logra empañar un conjunto tan espectacular en el plano audiovisual —merecidísimos premios Óscar también a Mejor Fotografía y Banda Sonora— como entretenido en su desarrollo. Todo un clásico absoluto del cine.