Cuando un joven cae enfermo por una misteriosa enfermedad, su madre tendrá que decidir hasta dónde está dispuesta a llegar para protegerle de unas aterradoras fuerzas que estuvieron presentes en su vida pasada.
El argumento de Son no es demasiado original, las historias del hijo del demonio (un demonio de mayor o meno grado) son frecuentes y cuentan con excelentes representantes, por ejemplo "La semilla del diablo" , ya hemos visto filmes que nos vienen a contar más o menos lo mismo. Tampoco podemos decir que el filme nos vaya a hacer estremecer de terror agradeciendo, eso sí, que se evite el susto fácil y se apueste por un terror más de atmósfera. Sin embargo, el director demuestra que se pueden elegir caminos ya transitados y hacerlo con el oficio suficiente para que el resultado sea una película muy digna, atractiva para el espectador y que deja unas estupendas sensaciones. En muchas ocasiones, diría que en la mayoría, hay que asumir que uno no va a hacer/ver una obra maestra, que no se trata de eso, que es suficiente con hacer un buen trabajo y dar al espectador lo que está buscando. Mención aparte para el trio protagonista, el crio que da tremendo mal rollo por momentos, Andi Matichak en el papel más destacado como madre puesta en el filo y el siempre solvente Emile Hirsch
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